Francisco José llega a decirle que no es digno de ser su sucesor.
Tres parecen ser las razones de tan duro enfrentamiento:* Se habría informado al emperador que el heredero había remitido una solicitud a la Santa Sede pidiendo la nulidad de su matrimonio con Estefanía (Francisco José lo ignoraba hasta ese momento).
* Francisco José habría descubierto que el príncipe mantenía frecuentes contactos con la oposición húngara.
Lo acompaña Estefanía y es la última vez que se le ve en público.
No conforme del todo, Holler esperó que se abriese el Archivo Apostólico Vaticano para cotejar los resultados de su investigación con la que se había realizado en su momento para decidir si sus cuerpos podían recibir sepultura eclesiástica: este primer estudio también había llegado a la conclusión de que el arma homicida solo había sido disparada una vez y que la víctima habría sido Rodolfo; por eso su cabeza aparecía vendada.
Según la citada investigadora, había sido enviado al duque Otto de Habsburgo-Lorena por los descendientes de un alto funcionario austriaco que emigró a Estados Unidos en los años 30.
[21] El 13 de enero, el heredero al trono le regaló a la baronesa un anillo con la leyenda: Aquel mismo día, María va al estudio de su fotógrafo en Viena y, a continuación, redacta su testamento.
Al día siguiente, se rectifica diciendo que «la bala había entrado por la sien izquierda y salido por la derecha, abriendo una herida apenas visible».
Han tenido que renunciar a la primera versión de la muerte natural por apoplejía, cosa que nadie creyó nunca, y se aferran ahora a la teoría del suicidio.
La princesa heredera Estefanía, amargada, saltándose las normas al uso, contrajo segundas nupcias en 1900 con el conde húngaro Elemér Lónyay.
María Larisch fue declarada persona non grata, perdiendo su derecho de acceder a la Corte.
Je songe à tout cela tandis que j'ai pour moi la chaleur de tes bras.
C'est à Mayerling qu'ils dorment l'un près de l'autre et moi qui suis là j'ai l'impression d'être en faute.
De vivre en se disant blottis frileusement c'est bientôt bien le printemps.
Mais à Mayerling jamais le jour ne se lève jusqu'au bout des temps il neigera dans nos rêves.