La cría equina es el conjunto de operaciones orientadas a que nazcan y crezcan animales equinos domésticos, pertenecientes a las especies Equus ferus caballus (caballo) y Equus africanus asinus (burro o asno), o de híbridos tales como mulas y burdéganos (producto del cruce de las dos especies anteriores).
A nivel internacional, las reglas son establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal[16] así como por el Codex Alimentarius.
[17] En Francia, todas las actividades ligadas a la cría equina son consideradas dentro del llamado régimen agropecuario.
[26] Otra cuestión a tener en cuenta, residía en el aspecto militar de esta cría,[23] y a pesar de que algunos historiadores como André Corvisier estudiaron este aspecto, la cría equina siguió siendo algo un tanto especial, al punto que Daniel Roche se refiere a un «esoterismo caballista» o «esoterismo hipologista».
[27] Pero bueno, dado que hasta no hace mucho el caballo estaba muy presente en la vida cotidiana, corresponde pensar que no atrajo particularmente el interés de muchos historiadores.
[36] La idea entonces dominante en Francia (aunque errónea), parecía haber sido que cruzando un gran y bello semental con una yegua de nivel medio, produciría casi siempre crías mejoradas, puesto que los rasgos y las características del padrillo eran los dominantes.
Pero, justamente, ello generó conflictos y diferencias en relación con la cría de caballos, con más aspectos negativos que positivos.
[39] El término equino reúne tanto a caballos como a asnos y cebras, puesto que entre otras cosas existen híbridos surgidos de estas tres especies (consultar: Cebrallo; Zebrasno; Zebroide; Burdégano; Mulo, Mulasno; etc).
[49] Dentro de los Estados Unidos los estados con más equinos entonces eran Texas con casi un millón, California con 700 mil, 500 mil más en Florida, y 300 mil cada uno tanto Oklahoma como Kentucky, Ohio, y Misuri, etc.[50] Esta población es más numerosa y más esparcida que la de burros (o asnos), actualmente estimada en 44 millones, entre ellos 5 millones en Etiopía, 1,69 millones en Egipto, un millón en Nigeria, 678.000 en Sudán, 611.000 en Malí, 455.000 en Burkina Faso, 450.000 en Níger, 300.000 en Kenia, etc.[51] En lo que concierne al número de razas de caballos, cabe acotar que en el sitio digital '20 minutos' se señalan dos listas, una con 74 razas,[52] y la otra con 119 razas.
[80] La cría equina requiere naturalmente un equipamiento y unas instalaciones adecuadas, así como cierta superficie.
En líneas generales se considera que la raza más frágil es el Purasangre, seguidos por caballos tipo trotador o silla francés.
No debe utilizarse alambre de púas en el cercado por las heridas que puede causar tanto en animales como en personas.
Y para evitar accidentes, se recomienda desecar zonas de agua o allí impedir el acceso a los animales.
Esta actividad es la que demanda más animales, entre todas las relacionadas con el hipismo.
[96] Este tipo de cría se orienta a producir buenos caballos para los deportes ecuestres, y en particular los comprendidos bajo el rótulo disciplinas olímpicas, como son : Salto ecuestre ; Doma clásica ; Concurso completo de equitación.
Otros haras no han escatimado esfuerzos en introducir biotecnología de punta, entre otras cosas controlando tanto semen como embriones (consultar los ofrecimientos del 'Haras Don Carlos':[106]).
Para que la terapia con un equino pueda cumplirse de manera provechosa, no es obligatorio que el paciente deba montar en el animal, pues a veces simplemente se lo utiliza para establecer un contacto, y trabajar en torno a las necesidades y dependencias del animal, estimulando los sentimientos de solidaridad y responsabilidad del paciente para con ese otro ser, y tratando de que asuma pequeñas tareas (llevarlo del box a otro lado, bañarlo o refrescarlo, darle de beber, cepillarlo, etc); implica también pensar en el otro, pensar en el animal, estando consciente de sus necesidades actuales y futuras.
En Francia, esto es particularmente cierto en la región de Camargue, y lo es también en otros países, en muchos casos por seguir una tradición o un folklore.
En la antigüedad, los caballos salvajes eran cazados y consumidos como fuente de proteínas.
El rechazo natural a la hipofagia está asociado al estatus particular del caballo respecto del hombre en la sociedad, pues en ciertos casos se tiene alta consideración a este animal, ya que se lo considera un fiel compañero, y ya que se le reconoce con estima los servicios que presta.
Los criadores naturalmente deben trabajar en estrecha relación con varios otros profesionales, tales como los herreros, los comerciantes de caballos, y los veterinarios.