Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, se aceleró la producción de este caballo, buscando una equino rápido, ágil y resistente, logrando lo que hoy se conoce como caballo silla francés.
Además es ágil, activo y flexible, lo que le permite dar zancadas largas.
Actualmente la cabeza del Silla Francés ya no es tan rústica ni primitiva, gracias al aporte de sangre árabe y pura sangre inglés, el cuello largo y a la vez elegante es el rasgo más característico de esta raza.
Los cuartos traseros son anchos, bien proporcionados y apropiados para la competición de salto.
Las espaldas son ligeramente inclinadas ×Este caballo destaca en competiciones de saltos y pruebas combinadas.