Sin embargo, ninguno de los especímenes que fueron puestos a disposición para su estudio científico han sido autentificados como precolombinos.
Los resultados de estos estudios demostraron que los cráneos de cristal examinados fueron elaborados a mediados del siglo XIX o más tarde, casi con certeza en Europa durante una época cuando había mucho interés en las antiguas culturas precolombinas.
[cita requerida] El comercio de artefactos precolombinos falsos se desarrolló a fines del siglo XIX a tal punto que en 1886, el arqueólogo William Henry Holmes del Instituto Smithsoniano escribió un artículo titulado "El comercio con antigüedades mexicanas espurias" para la revista Science.
Un ejemplo paralelo es ofrecido por los espejos de obsidiana, objetos rituales ampliamente representados en el arte azteca.
[21] Los cráneos de cristal han sido descritos como "un fascinante ejemplo de artefactos que han hecho su ingreso a museos sin evidencia científica para demostrar sus supuestos orígenes precolombinos".
[23] Quizás el más famoso y enigmático cráneo, supuestamente fue descubierto en 1924 por Anna Le Guillon Mitchell-Hedges, hija adoptiva del escritor popular y aventurero británico F. A. Mitchell-Hedges.
Mitchell-Hedges no hizo mención del supuesto descubrimiento en cualquiera de sus escritos sobre Lubaantún.
A inicios de la década de 1970 estuvo bajo el cuidado temporal del restaurador independiente Frank Dorland, que tras inspeccionarlo afirmó que había sido "tallado" sin tomar en cuenta los ejes naturales del cristal y sin emplear herramientas metálicas.
Los laboratorios solamente determinaron que no estaba formado por dos piezas distintas, como había supuesto Dorland, sino que había sido tallado a partir de un solo cristal de cuarzo.
[30] Hewlett-Packard no investigó sobre el método empleado en su manufactura o su fechado.
[33] Anna Mitchell-Hedges rechazó solicitudes posteriores para permitir que se le efectúen más pruebas científicas al cráneo.
Sydney Burney, un marchante de arte londinense que dijo haberlo tenido desde 1933.
Se dice que cuando él deseaba la muerte con ayuda del cráneo, esta invariablemente ocurría".
[37] Todas las ediciones siguientes de El peligro, mi aliado omitieron por completo mención alguna del cráneo.
Anna Mitchell-Hedges hizo giras con el cráneo desde 1967, exhibiéndolo previo pago de la entrada.
En sus últimos ocho años, Anna Mitchell-Hedges vivió en Chesterton, Indiana, con Bill Homann, con quien se había casado en 2002.
[41] Walsh llevó a cabo un examen detallado del cráneo empleando luz ultravioleta, un microscopio óptico de alta potencia y tomografia computarizada.
[42] Fue subastado y comprado por Tiffany & Co., que más tarde lo vendió al Museo Británico en 1897.
[44] El Museo Británico cataloga la proveniencia del cráneo como "probablemente europeo, siglo XIX d.C.
[46] Se ha establecido que este cráneo fue hecho con herramientas modernas y no es auténtico.
Los investigadores concluyeron que los resultados del MEB y el FHC, combinados con la conocida procedencia del cráneo, indican que fue tallado en el siglo XVIII o XIX.
Ha sido expuesto como una falsificación moderna en el Museo Nacional de Historia Natural.