Está definida en tres normas legales, de 1981 y 1982,[1] pero no tiene existencia real como objeto físico.A veces es incorrectamente denominada corona de Alfonso XII,[4] puesto que en la Restauración de 1874 se volvió a hacer uso de ella, sustituyendo a la corona mural que se había utilizado durante el paréntesis del Sexenio Revolucionario (1868-1874, especialmente durante la Primera República Española), excepto durante el breve reinado de Amadeo de Saboya, en que se reintegró la corona real cerrada; si bien, como ya se ha mencionado, realmente el modelo era muy anterior a dicho monarca.También se dejó de usar posteriormente durante la Segunda República Española (desde 1931), al volver a timbrarse el escudo nacional con la corona mural.[5] Esta corona solo sirve para ser mostrada en un cojín durante las proclamaciones y los funerales de los reyes.De igual forma, tradicionalmente, los reyes de España no han lucido una corona habitualmente como objeto físico desde tiempos de los Reyes Católicos, con excepciones como las coronas con las que se mostraba la reina Isabel II en algunos retratos y fotografías o las diademas que han lucido las actuales consortes o infantas.
Representación heráldica oficial de la corona real
Isabel II luciendo una pequeña corona
Isabel II luciendo una corona de plata frente a la Corona