Estos tambores santos fueron guardados en santuarios especiales del tambor a lo largo y ancho del país y salen al exterior solamente con motivo de ceremonias especiales.
Desde los años 80 la Fundación Getty y la Unesco han estado intentando salvar los viejos palacios.
Se usa para la coronación del rey y simboliza el poder de los Ashanti.
Aunque no manejan ningún poder político, siguen siendo un símbolo de la unidad y continuidad para su gente.
La corona imperial de Brasil junto con otras joyas y los recuerdos del Imperio brasileño se guardan en el Palacio Imperial de Petrópolis que fue residencia del emperador Pedro II.
La corona hecha para el emperador Agustín I en el Primer imperio Mexicano tuvo que ser desmembrada después de la coronación, debido a que estaba decorada con joyas prestadas.
El trono imperial, hecho para el mismo monarca, se encuentra hoy en la Catedral Metropolitana de México junto a los restos del emperador y la bandera del Ejército Trigarante.
Estos se guardan en la Ciudad Prohibida o el Museo del Palacio Nacional.
La dinastía Qajar que gobernó Irán del 1795 al 1925 agregó muchas piezas a la colección y también encargaron a artesanos y a joyeros persas crear diferentes objetos tales como platos, tiaras, espadas, etc, usando un gran número de gemas preciosas como diamantes, esmeraldas y rubíes.
Las joyas de la Corona y otros objetos pertenecientes a los gobernantes se guardan en sus respectivos palacios.
El tesoro se divide en seis partes destacadas: Los más sobresalientes objetos son la insignia de herencia del Imperio austríaco, consisten en la corona imperial, el manto del Imperio Austriaco y la joya imperial y los rubíes de coronación del Reino de Lombardía-Venecia.
La corona imperial, la cruz y la santa lanza del Sacro Imperio son también destacables.
La corona se le dedicó y se le dio el nombre del Duque y patrón san Venceslao I de la dinastía Premyslids de Bohemia.
Las joyas siempre han desempeñado un destacado papel como testimonio de la dominación Bohemia.
Para los ojos de algunos esto se confirmó durante la Segunda Guerra Mundial cuando el gobernador alemán del Protectorado de Bohemia y Moravia secretamente se puso la corona creyéndose un gran rey.
Las joyas que llevan los reyes de España en la actualidad son estrictamente privadas y no están vinculadas a ninguna institución.
La corona está hecha de plata sobredorada y descansa en 8 bandejas con los emblemas del Reino grabadas.
La corona que hoy existe fue hecha por orfebres Teuvo Ypyä en la década de 1990, basada en los dibujos originales, y se conserva en un museo de Kemi donde se puede ver hoy en día.
El conjunto finalmente fue roto y la mayor parte del mismo vendida en 1885 por la tercera república francesa.
Las joyas de la Corona Francesa supervivientes, sobre todo, un conjunto de coronas históricas ahora adornadas con cristal decorado, está en exposición el Museo del Louvre en París, el primer museo francés y anterior palacio real.
Sin embargo, cuando lo derrocaron en un golpe de Estado en 1862 y huyó, se llevó sus joyas consigo a Baviera.
Sin embargo las joyas de la Corona elaboradas para Otto fueron aceptadas y permanecen en Grecia.
Está en exposición con otros objetos reales en el museo del Castillo de Wawel, Cracovia.
Hoy, la corona junto con otros objetos reales está guardada en el Palacio de Ajuda, Lisboa.
La corona de Llywelyn se conservó entre 1284 y 1649 tras su captura junto a las joyas inglesas.
La gran Corona Imperial de Rusia, y otras piezas se encuentran custodiadas en el Museo del Kremlin, en Moscú.
Pedro colocó todas las regalías en este fondo y declaró que el tesoro era inviolable, y no podía ser alterado, vendido o regalado - y también decretó que cada emperador o emperatriz debía dejar un cierto número de piezas adquiridas durante su reinado al Estado, para la gloria permanente del Imperio Ruso.
Este gesto fue simbólico porque en 1904 se celebraba el 100 aniversario de la primera sublevación serbia.
Los símbolos de la monarquía sueca no han sido realmente usados desde 1907, pero todavía se exhiben en las bodas, los bautizos y los entierros.
Hasta 1974 las joyas de la Corona también fueron exhibidas en la abertura del Riksdag (el Parlamento).