Convento de San Francisco de Asís (Gerona)

Cuando los Hermanos menores de la regular observancia se separaron de los Franciscanos conventuales, estos últimos conservaron el convento donde residieron hasta el año 1566, cuando el Papa Pío V donó el convento a los Hermanos menores.

A principios del siglo XIX la comunidad religiosa de este convento estaba formada por unos setenta frailes, un número estable en el año 1830, poco antes de la exclaustración, en el cual se contaban con veinticinco sacerdotes, siete coristas estudiantes de teología, ocho coristas estudiantes de filosofía, diez legos, ocho novicios y tres postulantes, en total sesenta y uno.

[2]​ La tradición franciscana en Gerona ya existía, pero la familia Guerau reclamaba el honor de haber ofrecido hospitalidad al santo cuando este visitó Gerona (viajó a la península ibérica entre los años 1213 y 1215), esta relación con San Francisco les daba prestigio, lo que causó que más tarde reivindicaran privilegios especiales por parte de la Orden.

Esto muestra que la tradición local de inicios del siglo XIII, referente a la estancia del santo, aún se encontraba muy viva un siglo y medio más tarde.

Esta actitud, costumbre propia de otros lugares, no tiene evidencia documental en Gerona.

No consta que existiera en la zona ningún convento ni establecimiento religioso anterior al que se originó con la ya nombrada venda de propiedades del año 1222.

[3]​ Las epidemias que afectaron a la ciudad también lo hicieron en el convento, pero en el año 1399 aún vivían una treintena de frailes presididos por un superior, que asistieron a la población más necesitada de la ciudad durante las epidemias.

Los frailes querían los huertos para ampliar su convento y construir una plaza, actualmente una avenida.

En el año 1809, el convento sufrió las consecuencias de la ocupación francesa y fue utilizado como prisión.

[4]​ La desamortización del convento y su destinación a manos privadas permitió ampliar el aprovechamiento de la acequia Monar para fines industriales, con la instalación de nuevas fábricas y dio lugar a la construcción de la Calle Nueva, entre los años 1842 y 1846, construida según el proyecto del arquitecto municipal Bruno Barnoya.

En ella también se encontraban las reliquias que la reina Elisenda de Moncada, esposa de Jaime el Justo, regaló al convento durante el año 1357 y que fueron expoliadas durante la Guerra de la Independencia Española, cuando los franceses abrieron la sacristía para robar la plata.

Tanto en la iglesia como en el claustro se encontraban diversos sepulcros e inscripciones.

También se encontraba grabada una notable inscripción bilingüe que servía para las reuniones del capítulo: "Seyer A. Rafart en la tomba present soterrat aporta de la Ciutat de Napols los lopins primerament en aquest Bisbat, de la qual cosa ses seguit gran profit á tota la comunitat.

Claustro del convento de San Francisco de Asís de Gerona
Restos del claustro del Convento de San Francisco de Asís de Gerona