Continuaciones del Quijote

En el siglo XVII hubo ya quince imitaciones inglesas, veinticuatro francesas, diecisiete alemanas, una italiana y dos holandesas.Incluso hubo quien trasladó al viejo hidalgo manchego a Cuba para que continuara "desfaciendo entuertos".Las primeras continuaciones de la Segunda Parte del Quijote fueron escritas en francés y no han sido nunca publicadas en español.Esta obra fue continuada a su vez por otro escritor francés, Robert Challe, que prolonga la acción hasta la muerte de Don Quijote en su aldea.Tampoco pone fin a las aventuras de Don Quijote, ya que la acción se interrumpe con un episodio en el cual el héroe manchego, estando alojado en un convento, decide redactar su testamento.Textualmente el artículo mencionado dice: "En el siglo XIX hemos de destacar la valiosa interpretación del ecuatoriano J. Montalvo, quien en los Capítulos que se le olvidaron a Cervantes trazó una semblanza del héroe que no desdeñaría su mismo autor: el sentido de raza, tragedia y sublimación fueron magníficamente destacados por el eximio polígrafo ecuatoriano".Varios autores escribieron novelas protagonizadas por un Don Quijote resucitado y cuya acción transcurre en épocas muy posteriores a la de Cervantes.Nuevas y jamás oídas aventuras, de P. Valbuena (editor Antonio López, Barcelona, 1905); Don Quijote en América o sea cuarta salida del Ingenioso Hidalgo de la Mancha, del intelectual merideño Tulio Febres Cordero (Mérida, Venezuela, El Lápiz, 1906), entre otras.En 1944 el escritor argentino Jorge Luis Borges publicó una narración titulada «Pierre Menard, autor del Quijote», incluida en su libro Ficciones, que relata la supuesta existencia de un literato francés, Pierre Menard, que a principios del siglo XX se impuso como tarea volver a escribir el Quijote, lográndolo parcialmente.Alphonse Daudet escribió Tartarín de Tarascón (1872) y varias continuaciones, con un héroe quijotesco ambientado en su propia época.An Opera-Comedy, de James Ayres (1742); Barataria, or Sancho Tur’d Governor.[5]​ Ya en el siglo XX destacan la tragicomedia en dos partes y dos cuadros Dulcinea (1948), del francés Gastón Baty, y la comedia musical de gran éxito del estadounidense Dale Wasserman Man of La Mancha (El hombre de La Mancha, 1965).