Congreso de Córdoba
[1] Los nueve expulsados, junto con cinco afiliados más, decidieron constituir la Nueva Federación Madrileña, solicitando a continuación su reconocimiento por el Consejo Federal pero éste se lo denegó, a pesar de que recibió la adhesión de otras Federaciones.En representación de la Nueva Federación Madrileña fueron Paul Lafargue —que ya no volvería a España— y el director del periódico La Emancipación, José Mesa.Se reunieron en el Teatro Moratín de Córdoba 46 delegados —más cinco miembros del Consejo: entre ellos Severino Albarracín, y Francisco Tomás Oliver—[5] que representaban a 42 Federaciones locales y 10 uniones de oficio —en aquellos momentos la FRE contaba con unos 29.000 afiliados—[6].[8] La composición socioprofesional de los delegados era la siguiente: 10 tejedores e hiladores; 5 carpinteros; 4 albañiles; 4 papelistas; 3 obreros agrícolas; 2 estudiantes; 2 pintores; 2 canteros; 2 ebanistas; 2 zapateros; 2 fundidores; 2 ajustadores; 2 cerrajeros; 2 sombrereros; 1 curtidor; 1 tonelero; 1 cordelero; 1 tipógrafo (Farga Pellicer); 1 panadero; 1 grabador; 1 cilindrista; 1 marmolista; 1 profesor; 1 profesor de primera enseñanza.[11] En cambio aprobó las resoluciones «antiautoritarias» del Congreso de Saint-Imier, alineándose completamente con la nueva Internacional anarquista.[12] Más tarde se integraron en la Comisión los cinco secretarios «comarcales» (entiéndase regionales) nombrados por las federaciones locales respectivas.[17] «El grupo marxista, falto de seguidores y sin un portavoz que difundiera sus doctrinas, se vio condenado a un forzado silencio».