Marquesado de Boadilla del Monte

[2]​ La denominación hace referencia a la villa y municipio madrileño de Boadilla del Monte, que era de señorío de la concesionaria del condado, y donde se encuentra el Palacio del Infante Don Luis.

Parece que tampoco descuidaba sus propios intereses, y, pretextando algunas irregularidades de poca monta, al morir el Rey se le hicieron cargos, seguramente dictados más por la emulación que por la justicia.

Una muerte oportuna, en 1668, le libró de estos enojos.» Fundó mayorazgo con facultad real en 1667, vinculando cuantiosos bienes y el estado de Boadilla.

La enajenación del señorío —como las de tantas otras regalías vendidas bajo los Austrias menores— se debió a las dificultades por las que atravesaba la Hacienda Real al subir al trono Felipe IV y que abocarían a la suspensión de pagos de 1627, primera de su reinado.

[3]​ Entre las poblaciones designadas se encontraba Boadilla del Monte, a la que con tal ocasión se otorgó el villazgo, y que se enajenaba «con su jurisdicción alta y baja, mero y mixto imperio, señorío, vasallaje, bienes mostrencos, penas de Cámara y Justicia».

[4]​ En el proceso se interesó el marqués de Belmonte, que pretendía obtener las villas de Alcorcón, Carabanchel de Arriba y Boadilla del Monte, pero solo se le permitió comprar esta.

El interesado, que había sido creado marqués recientemente, era a la sazón hermano del duque de Maqueda e hijo de la duquesa de Nájera, pero años más tarde sucedería en ambos títulos ducales.

En 1626 se le adjudicó el señorío al precio de dos cuentos y 493.048 maravedís, que terminó de pagar en 1630.

Y por las deudas que para ello contrajeron, el mayorazgo de González quedó gravado con un censo de 4.000 ducados.

Tuvieron descendencia femenina en que siguió el estado de Boadilla y en la que también recaería la casa de Mirabal y Villafuente tras morir sin prole las hijas del primer matrimonio del marqués.

Casó con Tello Dávila y Guzmán pero no tuvo hijos, por lo que le sucedería en los títulos y mayorazgos su hermana entera Magdalena de Mirabal.

El casamiento de María Teresa con Godoy fue decidido por el rey Carlos IV como un hito más del rutilante cursus honorum de su favorito, a quien introducía en su familia al casarle con una prima suya.

Y fue también motivo para que el rey colmase de mercedes a la novia y a sus hermanos: les autorizó el uso del apellido Borbón, les asignó pensiones del erario público, otorgó a Luis la grandeza de primera clase para la casa de Chinchón y regularizó a favor de María Teresa la sucesión del estado de Boadilla del Monte mediante la concesión del condado de esta denominación.

Una vez viudo, él volvió a casar en 1829 con la que había sido su amante durante muchos años, Josefa de Tudó y Catalán, condesa de Castillo Fiel, legitimando así la prole que había tenido con ella.

Esta señora no solo estaba llamada a suceder en la casa materna sino también —pese a tener hermanos consanguíneos varones legitimados— en los títulos españoles y portugueses de su padre, pues le habían sido otorgados a Godoy «en contemplación de su matrimonio» con una prima carnal de Carlos IV.

Quedaba así fijado un orden de sucesión irregular, que pretería a la línea del hijo primogénito en favor de la del segundo.

En efecto, el marquesado se sucedió durante tres generaciones en esta línea, que se estableció en Florencia, y solo recaería en los duques de Sueca al extinguirse la descendencia del segundo marqués.

Vivió toda su vida en la antigua corte medicea, donde casó dos veces con señoras naturales de esta ciudad.

Por carta del 7 de noviembre de 1952 sucedió su hijo• Paolo Ruspoli ed Orlandini, IV marqués de Boadilla del Monte, que nació en Florencia en 1899 y murió allí sin posteridad en 1969, quedando extinguida la descendencia del II marqués.

En 2018 sucedió en las grandezas familiares por muerte de su tío Carlos (ocurrida dos años antes), y en 2019 cedió el marquesado de Boadilla a su hermana mayor, como en seguida se dirá.

Armas de los duques de Sueca en la Villa Ruspoli de Florencia , propiedad de los marqueses de Boadilla del Monte. Escudo partido de Rúspoli y Godoy.
Blasón de los duques de Maqueda , antes de que esta casa se uniera a la también ducal de Nájera . Piedra labrada en la torre del Convento de Agustinos de Huécija . Muestra las armas de Cárdenas partidas de Velasco en recuerdo del matrimonio de Bernardino de Cárdenas y Pacheco (1490-1560), II duque de Maqueda, con Isabel de Velasco, hija del III duque de Frías y IV conde de Haro . En virtud de este entronque, los duques de Maqueda reclamaron durante un tiempo la sucesión de la casa de Frías.

El señorío de Boadilla del Monte fue concedido en 1626 por el rey Felipe IV a Jaime Manuel Manrique de Cárdenas , I marqués de Belmonte , que era a la sazón hermano del duque de Maqueda e hijo de la duquesa de Nájera, pero años más tarde sucedería en ambos títulos ducales. El segundo señor fue su hijo Francisco María de Montserrat Manrique de Cárdenas y Arellano, VIII duque de Nájera y VI de Maqueda, X conde de Treviño y XI de Valencia de Don Juan , VII marqués de Elche y II de Belmonte, el cual en 1652 vendió el señorío de Boadilla del Monte, con real licencia, en favor del camarista de Castilla José González .

El licenciado José González de Uzqueta (c.1583-1668), III señor de Boadilla del Monte , caballero de Santiago , ministro del Consejo y Cámara de Castilla , presidente de los de Hacienda e Indias y comisario general de Cruzada .

Fue un burócrata o covachuelista de gran talento, protegido del conde-duque de Olivares , e hizo una brillante carrera administrativa durante el reinado de Felipe IV . Según Domínguez Ortiz , el rey «le apreciaba por la fertilidad de su ingenio, y apenas hubo junta, particularmente si se trataba de arbitrar recursos, de la que estuviera ausente. Parece que tampoco descuidaba sus propios intereses, y, pretextando algunas irregularidades de poca monta, al morir el Rey se le hicieron cargos, seguramente dictados más por la emulación que por la justicia. Una muerte oportuna, en 1668, le libró de estos enojos.» Fundó mayorazgo con facultad real en 1667, vinculando cuantiosos bienes y el estado de Boadilla.

Su retrato se conserva en la iglesia de Santa Eulalia de la ciudad de Arnedo , de la que fue gran benefactor.

María de Vera Barco y Gasca, señora de Boadilla del Monte , fundadora del convento de la Encarnación de esta villa, de Carmelitas Descalzas . Poseía por derecho propio varios mayorazgos, uno de ellos fundado en el siglo XV por el obispo Pedro de la Gasca , gobernador del Perú. Casó con Juan González de Uzqueta y Valdés, IV señor de Boadilla del Monte , nacido en Valladolid en 1615, hijo de José González, que fue el primer poseedor del mayorazgo fundado por su padre y, como él, del Consejo y Cámara de Castilla. Después de morir su marido sin descendencia, María de Vera le sucedió en el mayorazgo y señorío «por los días de su vida y seis años de supervivencia». El retrato, procedente de dicho convento y perteneciente a la Colección BBVA, fue atribuido primero a Martínez del Mazo , y hoy se tiene por obra de Carreño de Miranda .
María Teresa de Borbón y Vallabriga , condesa de Chinchón y de Boadilla del Monte , retratada por Goya . Fue la primera mujer de Manuel Godoy y Álvarez de Faria , príncipe de la Paz y I duque de Sueca y de la Alcudia . Este matrimonio fue muy desavenido, y dejó por unigénita a Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbón , duquesa de Sueca, condesa de Chinchón y I marquesa de Boadilla del Monte .
Carlota Luisa Manuela de Godoy y Borbón , II duquesa de Sueca , XVI condesa de Chinchón y I marquesa de Boadilla del Monte . En la miniatura, retratada de niña con la banda de María Luisa. Recibió esta condecoración a la vez que su madre, la princesa de la Paz , por real decreto de 7 de octubre de 1800, día de su nacimiento. Fue bautizada tres días después en la Real Cámara de Palacio por el cardenal Lorenzana , arzobispo de Toledo . Sus padrinos fueron los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma , cuyos nombres se le impusieron, y que para tenerla en la pila habían viajado a la corte desde El Escorial . Y tras la ceremonia religiosa, la misma reina fundadora y epónima impuso a madre e hija las bandas de su Orden de Damas Nobles .