Su nombre se refiere a municipio de Bañares, en La Rioja.
Deslumbró con su riqueza a la ostentosa corte de San Petersburgo, dilapidando la mayor parte de su cuantiosa fortuna.
Murió rodeado de lujo, a pesar de estar casi en la miseria, dejando sus propiedades embargadas y con enormes deudas a su sucesor en el título.
Al no tener hijos, sus títulos fueron repartidos entre sus familiares más cercanos.
En el condado de Bañares, le sucedió: Rehabilitado en 1917 por: