Con la llegada del liberalismo y su consiguiente nueva organización territorial extingue el señorío en 1833 y Huécija como el resto de localidades que lo integraba se constituye como municipio.
La actividad económica principal del municipio es la agricultura y como en el resto de las localidades del valle del Andarax ha tenido gran importancia el cultivo de la uva de Ohanes aunque debido a su declive se ha ido sustituyendo progresivamente por otros cultivos como el naranjo.
El origen del nombre es oscuro, aunque se sabe que durante la época musulmana era denominado Güezixa o Güecija y probablemente podría significar centro de o madre de los pueblos; pero esto es una suposición escasamente demostrada.
Este clima permite que la vegetación que puebla nuestra sierra sea la típica flora mediterránea, donde abunda el matorral y el pino carrasco sobre todo, y que, combinado con lo escarpado de sus montañas logran un paisaje indiscutiblemente bello y lleno de vida.
[5] El municipio de Huécija cuenta con un PTEL que cumple con la Ley 5/2010 sobre autonomía local.
Los 10 lugares que componían la taha de Marchena ahora convertida en señorío eran: Zodun (Alsodux), Alhabiati (Alhabia), Terque, Bentarico (Bentarique), Ylar (Íllar), Alhama, Estancihun (Instinción), Rágol, Alicún (posiblemente un barrio de Huécija) y Guezixa, (Huécija) que quedó como la capital y fue elevada a la categoría de villa junto con Terque.
[8][7] Durante la rebelión de los moriscos, muchos cristianos padecieron en una cruenta batalla, algunos de ellos se habían refugiado en el Convento, al cual prendieron fuego los moriscos y murieron todos los que se refugiaron, menos nueve que se entregaron, estos fueron hechos prisioneros y posteriormente ejecutados.
Antiguamente muchas familias huecijeras residían en la barriada (núcleo de población diseminado) debido a que trabajaban en los campos de cultivo aledaños, pero actualmente (2010) se encuentra despoblado.
16 contratos son a personas extranjeras y 8 son trabajadores agrarios subsidiados[13] Ha sido de siempre la principal fuente económica de Huécija, manifestándose en numerosos elementos patrimoniales que han llegado hasta nosotros, siendo abundantes las balsas, como las del Garroferal o la Fuente y Balsa del Molino, las eras, como la del Algarrobo, las infraestructuras para la conducción del agua, como túneles, partidores, etc.
En los siguientes siglos, XVII y XVIII, Huécija se configura como un importante centro comercial de la comarca, al celebrarse una feria anual de ganado equino y otros animales domésticos que aún a mediados del siglo XIX era importante.
En el siglo XIX cambió de forma radical la agricultura tradicional, al dedicarse la mayor parte de la superficie al parral, nuevo cultivo que va a caracterizar la comarca por su especialización para la exportación, y al decaer ésta a mediados de los años 60 se introducen los cítricos como alternativa.
[1] Además de la agricultura, también destaca como actividad económica el comercio, la construcción y la pequeña industria manufacturera.
En recuerdo de tal hecho y por concesión real puso letras S en la bordura de su escudo, en la que se alternan con veneras que ya tenía.
En ese escudo aparecen acoladas las armas de Cárdenas y Velasco.
[15] La administración política del municipio se realiza a través de un Ayuntamiento de gestión democrática cuyos componentes se eligen cada cuatro años por sufragio universal.
En las elecciones Municipales de 2019 con una participación del 96.67%, un 1.8% más que en las elecciones municipales de 2015, el Partido Popular (PP) obtuvo cuatro concejales, siendo elegida como primera mujer en la alcaldía, Ana María Vizcaíno Amat.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo tres concejales.
Juan José Ramírez Andrés deja la alcaldía tras veinticuatro años de gobierno.
[17] El municipio cuenta con un consultorio auxiliar, dependiente del Hospital Universitario Torrecárdenas, que da servicio de lunes a viernes.
Actualmente se encuentra a la espera de que finalice la misma.
Esta edificación carece de torre, aunque consta que el siglo XVIII contaba con ella y fue eliminada por una ampliación en la cual se la sustituyó por una espadaña recientemente desaparecida tras la última rehabilitación.
Junto a la Ermita de la Cruz, hay también un pequeño "porche" con una cruz que cada año visten y engalanan con flores del tiempo y donde los "mayordomos" que celebran la fiesta reparten los típicos roscos y hornazos junto con un vaso de ponche o de vino a todos los asistentes.
Este cerro es conocido popularmente en Huécija como "Cerro del Libro", debido a que las paredes del castillo que existió en época musulmana cayeron en forma de un libro abierto, desde él podemos obtener unas magníficas vistas de Huécija y su vega y del municipio vecino de Terque.