Se denominan así por participar en la masa una cierta cantidad de vino.
Se trata de una rosquilla muy típica en la cocina española,[1] especialmente en La Mancha.
[2] y en la Provincia de Málaga.
[3] Se elaboran con harina, vino, azúcar, aceite de oliva, ralladura de limón, ajonjolí y aguardiente.
Se recubren con azúcar glas.