Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste

El Estado pronto comenzó a construir algunas líneas bajo su propia responsabilidad, como la Ávila - Salamanca y el Betanzos - Ferrol, confiando los servicios a la Explotación de Ferrocarriles por el Estado (EFE).

No era un caso aislado, dado que otras líneas en la zona oeste de España estaban en una situación similar.

Durante el ejercicio económico el del primer año (1929) la compañía no fue muy rentable pero al siguiente año los resultados fueron más satisfactorios, pues la insuficiencia de ganancias se redujo en una tercera parte.

La crisis del ferrocarril que se había logrado retrasar con la intervención estatal durante la dictadura empeoró cuando los gobiernos republicanos no reconocieron el Estatuto Ferroviario de 1924 y las ayudas a las compañías (en tanto que esta medida afectaba principalmente a las compañías privadas).

[5]​ Cuando se produjo la creación de la compañía, su parque móvil procedía de los que componían las antiguas compañías, que en general se encontraba ya muy anticuado (alguno, todavía procedente de finales del siglo XIX) o en mal estado.

[6]​ No es este el único material, pues se renovó el parque de coches y vagones expresos que igualmente se encontraban muy anticuados.

Para los "Ferrocarriles del Oeste" significó su desaparición en la zona republicana al quedar incluida en lo que se conoció como Red Nacional Española, entidad estatal que se hizo cargo de la red ferroviaria y la explotación de la misma.

[6]​ No obstante, en la zona republicana el verdadero control de los ferrocarriles lo ejercieron los comités obreros y los sindicatos ferroviarios durante los primeros meses.

Estación de Delicias en Madrid , cabecera de toda la compañía.
Mapa que muestra las líneas explotadas por los Ferrocarriles del Oeste en 1935.