La línea nació con una vocación internacional, respaldada por la Compañía Real de los Caminos de Hierro Portugueses y como alternativa mucho más directa que la que conectaba Madrid con Extremadura por Ciudad Real, Mérida y Badajoz.
La ruta Madrid-Lisboa pasó a realizarse por Salamanca y Fuentes de Oñoro.
Al no cumplir los plazos iniciales, la compañía se vio obligada a pedir sucesivas prórrogas mientras avanzaba lentamente con las obras.
Para ello se definieron dos líneas: la Malpartida-Cáceres y la Malpartida-Valencia de Alcántara.
En 1879, Se creó con tal fin una única compañía que abarcaría ambas líneas y que respondía al nombre de Compañía del Ferrocarril de Cáceres a Malpartida y a la frontera portuguesa.
[5] Llegado a este punto solo faltaba unir todos las líneas para enlazar con un mismo ferrocarril Madrid con la frontera portuguesa por un trazado diferente al ya existente por Ciudad Real y Badajoz.
Si bien Delicias pertenecía a la Compañía de Madrid a Ciudad Real y Badajoz, cuando esta última fue comprada por MZA, esta decidió vender la estación de Delicias ya que contaba con Atocha como cabecera en Madrid.
[8][6] Aun contando con una línea con vocación internacional y con una cabecera en Madrid, los resultados de la MCP nunca fueron especialmente brillantes.
Fracasados los intentos de que otras empresas más rentables como Norte o MZA se hicieran con esta u otras líneas deficitarias, se decidió crear una compañía estatal para rescatar un grupo de líneas del oeste español.
[10] De paso se acortaba también el recorrido entre Sevilla y Gijón evitando el bucle de Cáceres y el rodeo por Arroyo con esa nueva salida más directa hacia el norte.
[11] Este ramal prolongaba el trazado español hasta la línea del Este y facultaba recorridos internacionales entre Madrid y Lisboa como el realizado por el Lusitania que pasó a circular por Fuentes de Oñoro unido al Surexpreso desde ese momento.