Combate de Perdriel

Dice el coronel José Melián en sus Apuntes Históricos: "Pronto encontramos un caudillo.

Don Juan Martín de Pueyrredón nos pasó la palabra, que al instante halló eco en todos nuestros amigos.

Pueyrredón asistía a sus milicianos con sus propios recursos y con los suministrados por el asturiano Diego Álvarez Barragaña, cubriendo los jornales de 4 y medio reales con que se los compensaba por el trabajo perdido.

Allí habían ido sumándose en pequeños grupos los 900 hombres reclutados en Buenos Aires a las órdenes de Juan Trigo y Feijoó.

Entonces sin atacar de frente a los británicos, a fuerza de amagos y escaramuzas, los habríamos fatigado, hubieran quemado sus municiones; y estando cortados, sin retirada, habría quedado en nuestro poder el coronel Pack con sus tropas.

[5]​ En la mañana del 1 de agosto, casi simultáneamente con los británicos, arribaron desde Buenos Aires unos cincuenta hombres más reunidos en su mayor parte por el cabo Juan Pedro Cerpa,[6]​ conduciendo algunas armas y municiones recolectadas en la casa del comerciante Santos Incháurregui, así como cuatro viejas carronadas, al mando de Miguel Esquiaga y Pedro Miguel Anzóategui.

Con los refuerzos, las fuerzas criollas al mando de Pueyrredón en la chacra se elevaban a escasos doscientos hombres.

Martín Rodríguez se encontraba destacado en un puesto avanzado situado en Santos Lugares.

Beresford dividió la infantería en dos alas, a derecha e izquierda de la artillería.

El terreno estaba ocupado por dispersos ombúes, cina-cinas, tunales y un talar que nacía al sur del caserío.

A su derecha, parapetados tras la tapia y tunales, se ubicó otro grupo de 23 fusileros voluntarios al mando del cabo Cerpa y a la izquierda 18 fusileros (sin bayoneta) voluntarios dirigidos por el cabo Antonio Cuevas.

Entre los vecinos principales, devenidos en oficiales, se encontraban Diego Álvarez Barragaña, Mariano Renovales, Lucas Obes, José del Tejó, Lorenzo López, José, Juan Andrés y Rafael Pueyrredón, Martín Rodríguez, Mauricio Pizarro, Juan Pablo Rodríguez,[11]​ Pedro Mariano y Nicolás Muñoz, Juan de la Cruz Brizuela, Martín Rivero y José Farías.

Penetró con éxito hasta donde se ubicaba la reserva y los comandantes británicos, abatiendo personalmente a un artillero.

[13]​ En un parte enviado al gobernador de Montevideo el 3 de agosto Pueyrredón relató lo ocurrido en el encuentro con los británicos: "En efecto, el enemigo empezó a jugar su artillería, y enseguida la nuestra, y yo para mejor hacer valer nuestras ventajas tomé la tercia parte de mis tropas, y después de haber mandado al comandante D. Antonio de Olavarría que, en viéndome atacado por la retaguardia hiciese él la misma operación para oprimirlos por todas partes, salí a galope, y a poco rato los tuve enteramente cortados.

Cuando yo me vi solo y a pie no tuve más recurso que mandar retirar el carro citado, y a pie salir huyendo en medio de todo el fuego que se dirigió hacia nosotros.

Estando bien montados ganaron desapercibidos la retaguardia del flanco derecho del regimiento 71, y luego dieron una carga furiosa en línea recta hacia el general, cuyos asistentes ocurría se hallaban entonces algo distantes; pero el capitán Arbuthnot, que estaba cerca, contuvo a uno de ellos.

Beresford regresó a Buenos Aires con la artillería capturada (solo los dos pedreros, desechando las insevibles carronadas) y siete prisioneros, entre ellos, el desertor de su ejército, el soldado alemán Shennón, amarrado a la cureña de un cañón.

Tras un largo y peligroso periplo[15]​ arribó a Colonia del Sacramento el día 2 y se reunió con Liniers, quien calificó "de un arrojo temerario el del combate de Perdriel sin convenir con Pueyrredón en las consecuencias que lo habían alarmado hasta el término de emprender este viaje difícil y peligroso.".

Se hacían amonestaciones sin resultado, pues en todas las denuncias al poder civil, unos pocos encogimientos de hombros y lindas promesas para librarse del importuno eran los únicos sustitutos del remedio eficaz".

En ese mismo lugar está instalado un monolito que lo consagra "Hito Número 1 de la Argentinidad".

Al punto el caso consultan, entre ellos lo conferencian: los Blandengues se retiran en orden y con prudencia, porque aún no están en estado de empeñarse con violencia en acción tan peligrosa, inútil y tan expuesta a la derrota total de nuestras pequeñas fuerzas, y éste era el prudente medio que allí tomar se debiera.

Pero ¡oh valor español, superior a cuanto pueda referirse en las historias, fábulas, romances, poemas!

Aquí don Antonio Tejo su intrepidez manifiesta en el brío con que embiste, y ataca la gente inglesa.

Aquí el intrépido Ansoátegui con otros de igual braveza, su fe, valor y constancia claramente manifiestan.

Combate de Perdriel.
Medalla de Perdriel.
Primer Escuadrón de Húsares, Húsares de Pueyrredón .