El ataque tomó por sorpresa[8] a unos dos mil militantes civiles que actuaban junto a Eduardo Lonardi y que más tarde sí participaron del golpe de Estado, tras la mediación del cordobés Clemente Villada Achával, cuñado de Lonardi, que viajó a Buenos Aires para reunirse con Septimio Walsh.
Entre las víctimas había 111 militantes sindicales, de los cuales 23 eran mujeres, y seis niños.
Casi todos pertenecían a familias tradicionales de buena posición económica.
Lo conformaban, Raúl Lamuraglia e hijos, Alberto Benegas Lynch (padre), Claudio Mejía, y otros.
[24][25][26][27] Entre esos grupos predominaron numéricamente los militantes católicos no pertenecientes a ningún partido político.
[29] En Buenos Aires, se unificaron en un Comando Civil Revolucionario, liderado por Carlos Burundarena, Renato Bezançon, Darío Hermida, Adolfo Sánchez Zinny, el militar retirado Eduardo García Puló, Francisco P. Olmedo, Raúl Puigbó y Eduardo Rodríguez.
Formados por el legislador cordobés Luis Torres Fotheringham, Tristán Castellano, Guillermo Saravia, Damián Fernández Astrada, Lisardo Novillo Saravia (h.), Fernández Padilla, Guillermo Castellano y Calixto de la Torre.
Según Isidro Ruiz Moreno:“en Córdoba dos jóvenes sacerdotes acaudillaron el movimiento: Quinto Cargnelutti y Enrique Angelelli, el primero como jefe general y el segundo como encargado de la acción en las fábricas, a los cuales se sumó el padre Eladio Bordagaray liderando grupos en los Colegios Mayores que influían en los universitarios.
[18]quienes guardaban las armas en la curia cordobesa y en colegios católicos del centro de la ciudad mediterránea[18] [34] Para el 16 de septiembre la UCR había convocado a un acto en la Casa Radical, donde repartieron armas en comités y en parroquias.
Previamente negociaron un crédito con la Sociedad Rural para que financie actividades desestabilizadoras, como sabotajes a la red eléctrica, a los cables de la empresa telefónica Entel, disparos a las ruedas de camiones de bomberos y ambulancias, días antes representantes de la UCR y comandos civiles viajaron a Uruguay entrevistándose con Emilio Eduardo Massera, Horacio Mayorga, Oscar Montes, y Osvaldo Cacciatore.
[35] Entre los integrantes del grupo estaban: Gregorio Ramírez, Roque Carranza, Roberto Astiz, Manuel Teodoro Cearrás, Manuel Rawson Paz y su primo Franklin Dellepiane Rawson, Eduardo Martínez Zemborain, Aníbal Beruti, etc.
Este grupo, que todavía no usaba el nombre de «comando civil», estudiaba las comunicaciones del ejército para intervenirlas en caso de un alzamiento, y tuvo contactos con políticos radicales como Arturo Frondizi.
Como resultado murieron seis personas y más de 90 quedaron heridas, entre ellos 19 mutilados.
[43] La operación era comandada por Raúl Puigbó, que respondía a Adolfo Sánchez Zinny: estaba compuesto por: Humberto Podetti, Jorge Rodríguez Mancini, Isidoro Lafuente, Pepe Balbín, Pedro Crear, Marco Aurelio Rodríguez, Felipe Solari, Julio E. Álvarez, Enrique Hillegass y cuatro más.