[5] Fue en 1494 cuando el gremio adquirió esta casa y su huerto, que los adaptó a las necesidades gremiales La producción de seda fue muy significativa para la economía del Reino de Valencia entre los siglos XV y XVIII, y por ello esta corporación realizó acciones progresivas para conseguir la transición de oficio a Colegio.
Las máquinas terminaban con la actividad artesanal, y la sedería valenciana perdía competitividad a pasos agigantados.
La producción cayó en picado y la seda que llegaba a los telares era de calidad ínfima.
La protesta acabó tomando un cáliz político y solo se pudieron contener los disturbios ante la amenaza de una intervención militar.
[7] La sericicultura valenciana disminuyó notablemente, hasta desaparecer por completo, y con ella los ingresos del Colegio.
Se recuperó también el antiguo huerto, reconvertido en un agradable patio que comparte el museo con un restaurante, y se amplió la tienda que aún mantiene la venta de productos tejidos con seda natural.
La fachada se compone de una portada adintelada, realizada con piedra y rematada por un sombrero cardenalicio.
Sobre la portada hay un altorrelieve que representa de nuevo al patrón, obra del escultor valenciano Ignacio Vergara.
Los azulejos que se pueden observar en los balcones desde abajo están datados a mediados del siglo XVIII.
Este estilo de pavimento se denomina del “mocadoret” (pañuelo pequeño).
Aquí se conserva un retablo de azulejos fechado en el año 1700 que representa a San Jerónimo rodeado por motivos vegetales y florales, acompañado por su inseparable león y un capelo.
En esta sala se conserva una escalera de caracol gótica realizada con mucha precisión.
En este antiguo pavimento pueden verse azulejos del siglo XV con los cuatro emblemas del Colegio: el león, el capelo cardenalicio, una lanzadera o espolín y una cuchilla llamada tellerola que era utilizada por los velluters.
Esta sala muestra las artes menores de la pasamanería, y fue acogió la antigua secretaría del Colegio.
Conserva un pavimento realizado con seis tipos de azulejos que forman motivos decorativos donde vemos ramas, aves y cintas con lazos.
Desde esta sala se desciende por una escalera o un ascensor hasta la tienda del museo.
Junto a la tienda y al patio está situada la sala taller donde se encuentran dos telares tradicionales junto a otras máquinas necesarias para la confección de tejidos de seda.
Uno de los telares tiene instalada una máquina Jacquard y está adaptado para tejer espolín, la técnica más vistosa, colorida y artesanal para obtener tejidos de seda totalmente exclusivos, y el otro telar está adaptado para tejer terciopelo (vellut) a la manera tradicional.
La historia económica valenciana no puede entenderse sin las aportaciones documentales de este archivo.