Feme

[4]​ Por este motivo no era bien recibida en las tranquilidades del cielo, y al no ser tampoco una criatura infernal, habitaba entre las nubes, provocando desórdenes y malentendidos entre los mortales.

Además, sus ojos nunca se cerraban, porque a Feme no le afectaba el poder del Sueño.

Ella misma [la Fama] ve qué cosas pasan en el cielo, en el mar y en la tierra e inquiere así a todo el orbe».

También se la relacionaba con Niké, la victoria, si bien los caprichos de la fama podían hacer que fueran los derrotados los que alcanzasen la notoriedad, como ocurrió en la derrota del paso de las Termópilas.

Por esta injusticia el propio Eneas la llamaba la peor de los demonios, y el más rápido.

Alegoría de la Fama en el Parque del Campo Grande de Valladolid .
Fama , obra de Juan Bautista ( Madrid , 1732).