Los capiteles superan las medidas de cualquier otro conjunto conocido y los arcos miden 3,21 metros desde el fuste a la clave.
[19] Gómez-Moreno dictaminó por carta, basándose solo en material fotográfico recibido, que el claustro era una falsificación.
[7] El investigador aseguró que intentó acceder a la finca para estudiar el monumento, pero nunca consiguió el permiso pertinente.
[21] Con este anuncio, la Asociación de Amigos del Románico reclamó iniciar los trámites para que se pudiera catalogar como bien patrimonial.
[23][24][25] El día siguiente se abrió el acceso a la finca por primera vez a los medios de comunicación y a dos historiadores que afirmaron que la obra era auténtica, aunque detectaron «algunos elementos de talla más moderna» que podrían haber sido añadidos para darle forma y venderlo mejor, según José María Pérez, divulgador del románico castellano que tuvo acceso.
[5] Esta masía fortificada ha sido muy restaurada y conserva poco del original.
La torre, sin embargo, mantiene su carácter a pesar de la restauración.
La torre, construida como vigía contra la piratería, tiene una puerta en la que se puede ver la fecha 1585 y seguramente la casa es del mismo siglo, aunque otras fuentes la sitúan en el siglo XVIII.
[6] Finalmente esta hipótesis fue confirmada a finales de 2013 mediante estudios mineralográficos e históricos que confirmaron que tanto la piedra empleada como el estilo, así como las dimensiones, eran coincidentes con los empleados en la catedral vieja de Salamanca.