Incorporaron numerosas innovaciones en armamento, blindaje y propulsión, lo que en conjunto constituyó un enorme avance en el diseño de buques capitales.
La tripulación del Nevada lo hizo embarrancar para evitar bloquear el canal en el caso de que fuese igualmente hundido por la aviación japonesa.
En el Nevada las zonas acorazadas eran pocas, pero estaban equipadas con placas del mayor grosor posible para dar más protección a áreas críticas como las santabárbaras, los motores o la sala de combate.
En barcos anteriores diseñados bajo los estándares pre-dreadnought, esta ubicación estaba muy expuesta a los embates del mar y el capitán Hood, comandante del USS Delaware, solicitó personalmente al Comité consultivo de la armada que replantease la ubicación de dichos cañones.
[5] Fueron los primeros acorazados en usar combustible diésel y los últimos en utilizar hélices de dos palas.
El diésel era más eficiente y proporcionaba más autonomía por tonelada de combustible que el carbón, algo a tener muy en cuenta dadas las enormes distancias en el teatro del Pacífico y además podía ser suministrado al buque sin necesidad de amarrarlo a puerto ni detenerlo (el aprovisionamiento en marcha no se perfeccionaría hasta después de la Primera guerra mundial).
Fue un arma realmente exitosa, cuyo único defecto era la reducida vida útil de su cañón.
Se redujo a la mitad la capacidad de las calderas, que también fueron reemplazadas por nuevos y más eficaces modelos.
Pocos minutos después le alcanzaron otros dos torpedos más y se dio la orden de abandonar el barco que continuaba escorándose hasta quedar con la quilla al aire.
Pese al catastrófico resultado del ataque, la defensa antitorpedo de los Nevada demostró su efectividad, sin embargo la estanqueidad de las cubiertas superiores era muy deficiente y sería ésta la causa que a la postre motivaría la pérdida del buque.
El Nevada fue alcanzado por un torpedo arrojado desde un avión torpedero Nakajima B5N y durante la segunda ola del ataque japonés se convirtió en un objetivo prioritario para los bombarderos Val, que pretendían hundirlo en el canal para bloquear así la entrada a la bahía.
La tripulación logró embarrancarlo en la isla Ford y recibió el impacto de seis bombas, pero sobrevivió al ataque.