[3] El agua, la glucosa, los aminoácidos, las vitaminas y las sales inorgánicas se difunden libremente a través de la placenta junto con el oxígeno.La sangre oxigenada volverá entonces al feto desde la placenta a través de la vena umbilical.La hemoglobina es una estructura de los glóbulos rojos que se une al oxígeno y lo transporta.También contiene dos estructuras adicionales, el agujero oval y el conducto arterioso, que funcionan como derivaciones para la sangre oxigenada.[2] La función de estas derivaciones es evitar los pulmones y mantener una circulación adecuada hacia el tejido fetal importante.En primer lugar, el ductus venoso se mantenía abierto anteriormente gracias al flujo sanguíneo de la vena umbilical.La reducción del flujo sanguíneo a través de la vena umbilical al nacer colapsará y cerrará el ductus venoso.Por lo tanto, la VCI sólo transportará sangre desoxigenada desde los órganos y las extremidades inferiores del bebé.En segundo lugar, cuando el bebé respira, los pulmones se expanden y llenan los alvéolos de oxígeno.Mientras que el oxígeno actúa como vasoconstrictor del conducto arterioso, las prostaglandinas pueden mantenerlo abierto para mantener el flujo sanguíneo a las extremidades inferiores en los casos de síndrome del corazón izquierdo hipoplásico en los que la válvula mitral está cerrada.La sangre se oxigenará en los pulmones y regresará al corazón izquierdo, que bombeará sangre oxigenada a través de la aorta para abastecer al resto del cuerpo mediante la circulación sistémica.La dificultad resultante en la expansión pulmonar impide la reducción necesaria de la resistencia vascular pulmonar para que el lactante realice la transición cardiopulmonar normal, lo que da lugar al síndrome de dificultad respiratoria infantil.Además, ocasionalmente durante el parto, los lactantes pueden inhalar restos de su materia fecal conocida como meconio, lo que impide una respiración adecuada.Si no se corrige el problema, el lactante sufrirá hipoxia, acidosis y otras complicaciones graves, como convulsiones.La presión intracardiaca permanece idéntica entre los ventrículos derecho e izquierdo del feto humano.[14] Por otra parte, no existe regulación vascular neural, y las catecolaminas tienen un efecto escaso.