Cipriano Damiano

En 1935 militó en el grupo de afinidad malagueño “Los Amantes de la Luz” junto a Laya, Antonillo, El Chófer, Roa, Juan Santana Calero y Antonio El Carbonero.

En 1936 fundó el semanario anarquista malagueño Faro (1936-1937) y colaboró en diversos periódicos (Emancipación, de Almería; Fragua Social; Hombres Libres de Guadix, Orto y Umbral).

Alternó así durante un tiempo la secretaría del comité provincial de las juventudes libertarias con la labor de relaciones externas y administrativa del Faro y con visitas esporádicas al frente, hasta que Málaga cayó el 6 de febrero del 37 y tuvo que huir hacia el norte.

Recorrió a pie los 223 kilómetros que separan Málaga de Almería y allí se reencontró con Isabel Vázquez Ríos, quien fue su esposa y madre de su único hijo, llamado igual que su padre.

De allí logró escapar por vía Layetana, consiguiendo huir a Francia, donde pasó unos años en rebeldía.

No obstante, había apoyado previamente la ASO y mantenido numerosos contactos internacionales, entre ellos el sindicato sueco SAC y el conocido anarcosindicalista alemán Helmut Rüdiger.

Una vez fuera de prisión e instalado en Barcelona, trabajará para la revista Interviú y colaborará en Actual, El Correo Catalán, Diario de Barcelona, Mundo y Sindicalismo, entre otras publicaciones.

Utilizó varios seudónimos (Segundo Canillo, El Niño, Cigadón, Devenir, Paco, León, Antonio González, Yayo) y doce personalidades supuestas, siendo conocido como el “hombre de las mil caras” por su facilidad para caracterizarse y pasar a la clandestinidad.