Huelga de tranvías de Barcelona de 1951

Representó una de las primeras manifestaciones masivas contra el franquismo.

En Barcelona comienzan a circular consignas para que no se utilicen los tranvías como protesta por el aumento del precio del billete, lo que suponía agravio comparativo con Madrid —que anunció el aumento y lo anuló—, unido al profundo malestar entre la población por las durísimas condiciones de vida de la mayoría de la población desde el fin de la guerra civil española.

Aunque algunos autores consideran la huelga fruto de un movimiento espontáneo, otros indican que fue resultado de la gran tradición libertaria existente en la ciudad, a pesar de que más tarde fue apoyada por militantes de CNT, FNC, FNEC y otros; incluso fue detenido el dirigente del PSUC Gregorio López Raimundo.

Ante esta insubordinación pretende enfrentar al partido contra la población, por lo que los falangistas se negaron a obedecer, durante los días 3, 4 y 5, los dictados de su teórico jefe provincial.

El Gobierno de España había decidido seguir una conducta moderada en cuanto a la represión de las huelgas y, a la vez, atribuía las mismas ante la opinión pública a los manejos de elementos comunistas, que habiendo fracasado en la lucha armada, habían cambiado la táctica tratando de utilizar en su favor el descontento existente en la clase trabajadora por la continuación de los sacrificios llevados a cabo desde 1939 y cuyo fin no acababa de verse claro.

Tranvía de Barcelona.