Desde sus orígenes, el mar ha sido un pilar básico en el crecimiento económico, cultural y estratégico de la ciudad.
Cabe destacar la espléndida vista que desde la zona de ocio del puerto se tiene del Castillo de Santa Bárbara, sea por el día o, especialmente y gracias a la iluminación, por la noche.
En 1778 se permitió al puerto de Alicante comerciar directamente con América.
En 1810 se descubrió la sosa artificial, lo que produjo una grave crisis comercial en la ciudad.
En los años 1990, el puerto de Alicante experimentó tal vez el cambio más radical en su historia.
El Plan Especial del Puerto (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
Los firmantes consideraban igualmente que este acuerdo tenía "un claro interés social, repercutiendo favorablemente en los aspectos ambientales".
En 1999 se produjo finalmente este traslado y la Autoridad Portuaria recibió ofertas para construir un nuevo complejo de ocio sobre el suelo liberado por los depósitos.
En 2003, la Autoridad Portuaria obtuvo el permiso medioambiental (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
Hasta 2006, la ampliación del Puerto se mantenía fiel a este modelo.
Esto es, se trata de una región en la que la producción industrial se halla concentrada en unos sectores concretos (calzado, juguetes, turrón...), con relevancia en cuanto al valor de las ventas pero no en volumen.
Al año 2006, el puerto presenta líneas regulares con las ciudades argelinas de Orán y Argel .