Entre los principales directores del movimiento se pueden citar a Israel Adrián Caetano, Bruno Stagnaro, Daniel Burman y Lucrecia Martel.
Existen pautas comunes que caracterizan y destacan fuertemente al Nuevo Cine Independiente Argentino.
[2] Entre sus principales características destacan una mayor utilización del plano secuencia; trabajo con actores no profesionales, se privilegia los exteriores.
[9] El puntapié inicial del movimiento lo da Martín Rejtman, escritor y cineasta, con su primera película, Rapado.
[15] Lo que empezó como una simple muestra pasó a tener una importante repercusión crítica y de público.
Dentro de este proyecto se pueden citar los nombres de Israel Adrián Caetano, Bruno Stagnaro, Sandra Gugliotta, Daniel Burman, Lucrecia Martel y Ulises Rosell, que luego toman un rol preponderante en el movimiento del Nuevo Cine Argentino.
Pizza, birra, faso creó una vertiente costumbrista dentro del nuevo cine argentino que fue la más difundida y exitosa internacionalmente.
En este marco se inscriben: Mundo grúa (1999, Pablo Trapero), Bonanza (2001, Ulises Rosell), Modelo 73 (2001, Rodrigo Moscoso), La libertad (2001, Lisandro Alonso) y Bolivia (Israel Adrián Caetano, 2001), entre otros títulos.
De «Rapado» a «Historias extraordinarias»,[10] señala el decaimiento del NCA entre 2005 y 2006, cuando empieza a percibirse un cierto anquilosamiento, estilización y repetición, señalando que al mismo tiempo van surgiendo desde los márgenes otras posibilidades de hacer cine en Argentina.
Entre los nuevos cineastas se destaca Mariano Llinás, quien dirigió el documental Balnearios (2002) y el film de culto Historias extraordinarias (2008).