Tan de repente

Allí, las tres chicas, la anciana y dos jóvenes inquilinos suyos, convivirán unos días, poniendo a prueba sus sentimientos e identidades.

En las primeras escenas hace una llamada telefónica y al contestar un hombre, cuelga, avergonzada.

Marcia rechaza la propuesta por ser completamente desubicada, pero igual entabla diálogo con Mao, aunque con cierto fastidio.

Marcia les responde: «¿ustedes se piensan que porque soy gorda soy boluda?» Toman un taxi, se lo roban con la sevillana, secuestran a Marcia, le atan las manos a la espalda y le vendan los ojos.

Frente al mar, la desatan, le quitan la venda y la dejan en libertad.

Mientras tanto Mao y Felipe salen de la casa a hacer algunas compras en un supermercado chino de barrio donde Mao hurta algunas cosas y luego se va a tomar un helado con Felipe.

Hace luego otra llamada telefónica y nuevamente, al contestar un hombre, cuelga avergonzada.

La pintora la ve triste a Marcia y le regala un cuadro donde se puede ver la silueta de tres mujeres juntas.

Se ponen a hablar de violencias que sufrieron en la escuela, causadas por sus maestros.

A continuación los cinco jóvenes y varias amigas de Blanca están en la casa, velándola.

La película está dedicada a la memoria de Teodora Gelman, abuela del director.