Al verse involucrado en un asesinato y desconociendo si los otros dos hombres lo están buscando, X decide permanecer oculto sin salir del hotel.
Z (Walter Jakob) se muda a un pueblo para trabajar en una oficina conocida como «La Federación», sin todavía saber exactamente cual será su función a excepción de que ocupará el cargo que antes era de Cuevas, el gerente.
El misterioso cuaderno parece estar escrito en clave e incluye un mapa, siglas inexplicables y números.
Yáñez, un miembro relativamente nuevo, expone una idea para canalizar el río Salado para transportar cargas en embarcaciones medianas.
Los únicos registros de ese antiguo proyecto son una serie de monolitos ubicados a lo largo del río; esos monolitos son prueba suficiente para demostrar la posibilidad del proyecto.
Por lo tanto, Factorovich contrata a H (Agustín Mendilaharzu) para que recorra el río y fotografíe los monolitos, pero no le da mayores explicaciones.
Aunque el resultado final fue una película de 245 minutos de duración, el director Mariano Llinás no calculó previamente esa duración sino que «salió así», pero sí preveía una «película monstruosa».
[1] Historias extraordinarias se proyectó durante varios meses y alcanzó a ser vista por más de 30 000 espectadores.
[11] En el Malba alcanzó a ser proyectada todos los domingos durante un año.
[15] El filme recibió comentarios positivos por parte de la crítica cinematográfica argentina.
[1] En su reseña de la película, el diario La Nación publicó: «Cada uno de estos bloques causa inquietud por conocer el siguiente, y esta estructura hace sostenible una duración fuera de lo común, nunca antes probada por el cine local, un mérito atribuible a un guion que abreva en diferentes géneros -suspenso, humor, amor e incluso aventura- con igual suerte».
La crítica concluyó diciendo: «Historias extraordinarias es una excelente muestra de todo lo que Llinás y su equipo saben y pueden hacer; una obra que trasciende todo el cine nacional visto en los últimos tiempos.
[22] Paul Brunick de The New York Times calificó a la película como «un trabajo emocionantemente innovador»,[23] mientras que Andrew Schenker de Slant Magazine también escribió una crítica positiva y afirmó que «nunca un filme había sido narrado tan implacablemente».
[24] Algunos críticos compararon la historia con el trabajo de escritores como Robert Louis Stevenson, Thomas Pynchon y principalmente Jorge Luis Borges.