Para ello siguieron una táctica muy arriesgada: financiar la película con la venta anticipada de sus derechos en el extranjero a otros distribuidores (preventa) y préstamos sobre futuribles.
Esa fue además la primera vez que se usó el nombre «Carolco Pictures», tomado de una empresa panameña.
Otro aspecto importante en la historia de Carolco fue su relación con Arnold Schwarzenegger, con el que ya habían trabajado en Red Heat (1988).
[2][3][4] Además le permitió ejercer un elevado control sobre la producción, con poder de veto sobre todo el reparto, y eligió como director a Paul Verhoeven.
[6] Al igual que la primera parte, contó con James Cameron como director y con la participación de Linda Hamilton (Sarah Connor).
Hasta esa fecha, la productora había estrenado cerca de cuarenta títulos, contando todas las películas independientemente del presupuesto.
No obstante, aguantó el tirón gracias a la rentabilidad de otras producciones como Soldado universal (1992) y Stargate (1994).
Al final, Carolco quebró en 1995 porque a sus problemas económicos se sumaron los errores cometidos en la producción de Cutthroat Island.
[9] Más tarde se supo que Davis también trató de dejarlo pero no pudo hacerlo por contrato.
Todos estos cambios retrasaron el rodaje porque hubo que reescribir el guion y volver a rodar escenas.
Para aumentar el presupuesto a 90 millones, el estudio tuvo que vender los derechos internacionales de varias películas como Showgirls —otro fracaso en taquilla— y Last of the Dogmen.
[11] Un mes después se estrenó Cutthroat Island, que solo recaudó 10 millones de dólares por su escasa promoción.