En 1933 ingresó como vocalista de la Típica Los Ceibos que integraban el pianista Jorge A.
Sus amigos del emblemático bar Vaccaro en barrio Goes, en la esquina de General Flores y Domingo Aramburú, en el que era asiduo concurrente así como de otros cafés del barrio organizaron una función en el Cine-teatro Avenida, ubicado en la Avenida San Martín 2481 para que con su producido pudiera viajar a Buenos Aires.
En esta última orquesta Carlos Roldán se consagró como uno de los cantores relevantes del género; abandonado el estilo inicial imitando a Magaldi, apareció una personalidad distinta, más acorde y aproximada a la voz de Carlos Gardel.
Cuando ese año los cantores Ernesto Famá y Francisco Amor se desvincularon de la orquesta de Francisco Canaro, este contrató a Carlos Roldán y a Eduardo Adrián, que triunfó en el concurso convocado al efecto.
Continuó trabajando en Uruguay actuando sucesivamente con Emilio Pellejero, con Romeo Gavioli y Hugo De Carlo, para finalmente regresar a Buenos Aires en 1949 llamado por Francisco Rotundo.