Al año siguiente actuó en la película Pampa y cielo dirigida por Raúl Gurruchaga en la que participaban Aída Alberti, Nicolás Fregues, Tito Lusiardo, Leonor Rinaldi, Oscar Alonso y Francisco Álvarez.
Por ese entonces Canaro hizo una modificación en su orquesta: eliminó la función del estribillista e incorporó otro cantor dándoles más participación en los temas cantables para que interpretaran la primera y segunda parte de las letras.
A fines de 1938 Maida se separó del conjunto y Canaro trajo en su reemplazo al cantor más exitoso que había tenido: Ernesto Famá, que se había ido 4 años antes.
En 1947 volvió al cine participando en Buenos Aires canta, dirigido por Antonio Solana junto a Hugo del Carril, Azucena Maizani y Niní Marshall.
En 1948 hizo una extensa gira por Chile y luego se radicó en Montevideo alejándose paulatinamente de la actividad musical.