Su obra se caracterizó por la denuncia social y la reivindicación de los sectores populares.
Entre los cuatro formaron Los Norteños, un grupo folklórico que recorrió las peñas de Buenos Aires y alrededores.
[1] En 1974 se mudó a España, donde alcanzó popularidad con temas como No me llames extranjero, que fue especialmente apreciado por los exiliados hispanoamericanos.
[1] En sus últimas décadas alternó su residencia entre Argentina y España, donde se había establecido en Riocorvo, una localidad del municipio de Cartes, en Cantabria.
Había dado un recital en Buenos Aires poco antes y planeaba volver a Cantabria en marzo.