En ellas citaba constantemente a Jesús, Atahualpa Yupanqui, Krishnamurti, Borges, Whitman y Teresa de Calcuta, entre otros.
Su propósito inicial era llegar hasta Buenos Aires para conocer al entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, ya que tenía la referencia de que el mandatario «les daba trabajo a los pobres».
Mas aquel señor le dijo enseguida: "Es muy difícil que te atienda, porque los presidentes suelen ser gente ocupada; pero yo leí en el diario que mañana 19 de noviembre va a ir a La Plata porque es el aniversario de la ciudad.
Así que se fue a La Plata, durmió al costado de la Catedral, y al día siguiente Facundo Cabral, siendo apenas un niño, logró burlar el cerco policial alrededor del mandatario y su esposa, Eva Duarte.
En la cárcel, un sacerdote jesuita de nombre Simón le enseñó a leer y escribir, lo puso en contacto con la literatura universal y lo impulsó a realizar sus estudios de educación primaria y secundaria, los cuales llevó a cabo en tres años, en lugar de los doce que era el período normal en Argentina.
Cabral citaría así sus inicios en el medio musical: "Empecé a cantar con los paisanos, con la familia Techeiro, en Tandil.
Así comenzó su carrera dedicada a la música; su primer nombre artístico fue El Indio Gasparino.
Durante la dictadura militar 1976-1983 era ya considerado un cantautor de protesta, lo que lo obligó a abandonar Argentina en 1976.
Se presentó en la Ciudad de Guatemala el 5 de julio de 2011 en el Expocenter del Grand Tikal Futura Hotel, a las veinte horas donde para despedirse expresó lo siguiente: “ya le di las gracias a ustedes; las daré en Quetzaltenango, y después que sea lo que Dios quiera, porque Él sabe lo que hace”.
El cartel Los Charros, ligado a la ya fracturada Familia Michoacana, estableció su red centroamericana con apoyo de «El Palidejo», principal sospechoso del asesinato del trovador argentino Facundo Cabral.
En literatura tuvo admiración por Jorge Luis Borges con quien también mantuvo conversaciones filosóficas[20] y por Walt Whitman.
No se conoce que Cabral haya tenido participación militante en movimiento político alguno, aunque por muchos años abogó por el pacifismo como forma de solucionar conflictos autodefiniéndose como "violentamente pacifista" y "vagabundo first class",[21] se identificó en sus últimos años con una especie de anarquismo filosófico y contemplativo.
[cita requerida] En la misma entrevista contó que eso fue en Buenos Aires, y cuando volvía para el hotel (él no tenía una vivienda propia, sino que vivía en cuartos de hoteles) tomó un taxi, cuyo conductor lo reconoció.
[cita requerida] Sin embargo, se reseñan: De su obra literaria, Cabral mencionó en alguna ocasión que había escrito alrededor de 22 libros "sin títulos y sin autor", que eran considerados por él como textos manuscritos que se editaban y se imprimían, de los cuales existen traducciones en chino mandarín o japonés.