Los campos de hielo son extensas áreas mesetosas rocosas cubiertas por un manto de hielo, cuyos márgenes forman glaciares y ventisqueros, que desembocan, a través de canales y fiordos, a algún lago o al mar.
Los campos de hielos se ubican principalmente en las zonas polares y patagónicas y cubren diversos accidentes geográficos, como lagos o enormes cordones montañosos.
Un ejemplo interesante en este sentido es el glaciar Humboldt, en el noroeste de Groenlandia.
La función principal de estos glaciares marginales es entregar el exceso de hielo a canales en forma de témpanos, es decir, descargar el hielo desde zonas centrales (o grandes acumulaciones) a zonas periféricas.
Casi toda la Antártida es un inmenso campo de hielo, aunque por las superficies continentales que allí cubren, en su caso se emplea el término Indlandsis, calota o capa de hielo o casquete polar.