Bernard Williams

[1]​ Escribió 11 libros de filosofía, entre los que se encuentran Problems of the Self (1973), Moral Luck (1981), Ethics and the Limits of Philosophy (1985), y Truth And Truthfulness: An Essay In Genealogy (2002).

La filósofa estadounidense Martha Nussbaum dijo que «estaba tan cercano a ser un feminista como un hombre poderoso de su generación podía estarlo».

[6]​ En Nueva York conoció a la que iba a ser su futura esposa, Shirley Brittain-Catlin —hija del filósofo y experto en ciencias políticas George Catlin y la novelista Vera Brittain— que estaba estudiando en la Universidad de Columbia.

La pareja vivió durante 17 años en una gran casa de Kensington con el agente literario Hilary Rubinstein y su esposa.

Durante esta época, descrita como Williams como una de las más felices de su vida, el matrimonio tuvo una hija, Rebecca, pero el desarrollo de la carrera política de su esposa distanció a la pareja y las marcadas diferencias en sus valores personales —Williams era ateo, mientras que su esposa era una devota católica— aportaron tensión a su relación, que se rompió cuando Williams tuvo una aventura con Patricia Law Skinner, esposa del historiador Quentin Skinner.

Volví por asuntos personales —es más difícil vivir lejos con una familia de lo que suponía".

[6]​ Williams concluyó que la pornografía no podía demostrarse perjudicial y que «el papel de la pornografía como influencia sobre la sociedad no es muy importante ... pensar otra cosa es sacar la pornografía fuera de proporción, con la cantidad de otros problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad actualmente».

[8]​[9]​ Escribió la entrada «opera» en el Grove Dictionary of Music and Musicians.

Quería encontrar una filosofía moral que fuese responsable de la psicología, la historia, la política y la cultura.

En su rechazo de la moral como lo que llamó «una institución peculiar», término con el que se refería a un dominio discreto y separable del pensamiento humano algunos han visto un parecido con el filósofo alemán del siglo XIX Friedrich Nietzsche, aunque Nietzsche era en cierto sentido lo opuesto, pues se quejaba al final de Ecce Homo de que «en el concepto del hombre bueno, se hacía causa común con todo lo débil, enfermo y que sufre desde adentro».

[10]​ Aunque el desdén de Williams por el reduccionismo puede hacerle parecer un relativista moral, dijo en Ethics and the Limits of Philosophy que algunos conceptos morales —como valiente o cruel— conciernen a características reales del mundo, cuentan como «conocimiento», y las disputas que versen sobre ellos se pueden resolver objetivamente.

[10]​ Williams era particularmente crítico con el utilitarismo, una teoría conscuencialista, cuya versión más simple declara que las acciones son buenas solo si favorecen la felicidad del mayor número.

[13]​ Para la mayoría de teorías consecuencialistas no hay un dilema moral en un caso así: lo único que importa es el resultado.

El utilitarista no tiene en cuenta esta distinción, lo que para Williams convierte a las personas en barcos no tripulados, pues solo tienen en cuenta las consecuencias en lugar de preservar su estatus de actores morales que toman decisiones.

Las decisiones morales deben preservar nuestra identidad psicológica e integridad, según dijo.

Según las estimaciones de Willians, con solo matar a unos pocos el problema de los aparcamientos ilegales desaparecería, así que el cálculo utilitarista justificaría las muertes por la felicidad que traería la desaparición del problema.

Si la regla fuese «Se puede disparar a cualquiera por realizar un aparcamiento ilegal» el utilitarista diría que su implantación traería infelicidad.

Según Williams, esto demuestra su argumento, pues no necesitamos calcular por qué amenazar con disparar a la gente por infracciones de tráfico es incorrecto, y cualquier sistema que muestre cómo calcularlo debe ser rechazado.

La tesis de Williams es modificada ligeramente en ensayos posteriores, aunque sobrevive su espíritu humeano (David Hume sostuvo célebremente que la razón solo es, y no debe ser más que, esclava de las pasiones).

[21]​ Jonathan Lear escribe que Williams quería entender al ser humano como parte del mundo natural,[22]​ y que el punto de partida fundamental de la reflexión moral debe ser la perspectiva individual, las razones internas para la acción.

[15]​ «Si hay un tema en toda mi obra es la autenticidad y la expresión personal», dijo Williams en 2002.

Williams pasó casi 20 años en Cambridge, ocho de ellos como rector del King's College .
Friedrich Nietzsche , 1844–1900. Williams dijo que desearía poder citarle cada veinte minutos. [ 10 ]
Immanuel Kant , 1724–1804. Williams rechazó la filosofía de la moral de Kant, aduciendo que los principios morales no deberían requerir que uno actuase como si fuese otro.