Gilbert Ryle

En su obra más célebre, El concepto de lo mental (1949), Ryle afirmó al respecto que la «tendencia general del libro será, indudable e inofensivamente, estigmatizada como "conductista"».

[2]​ Habiendo estudiado a los filósofos Bernard Bolzano, Franz Brentano, Alexius Meinong, Edmund Husserl y Martin Heidegger, Ryle sugirió que el libro en cambio «podía ser descrito como un ensayo sostenido en fenomenología, si uno se siente cómodo con ese rótulo».

En 1919 ingresó en el Queen's College de Oxford para estudiar Clásicos, pero rápidamente se sintió atraído por la Filosofía.

Un año más tarde, se convirtió en tutor en el Christ Church, donde permaneció hasta 1940.

[4]​ Sus hermanos John Alfred (1889-1950) y George Bodley (1902-1978), ambos educados también en el Brighton College, también tuvieron carreras eminentes.

[5]​ Esta tesis programática fue explorada en detalle en su obra más conocida, El concepto de lo mental (1949), en la que Ryle argumenta que el dualismo involucra errores de categoría y filosóficos.

La tesis principal de El concepto de lo mental es que, igualmente, las muchas y diversas formas en que hablamos de «la mente» son potencialmente engañosas, y que los filósofos, en particular los que Ryle llama «cartesianos», han sido engañados o inducidos al error, en particular al imaginar la mente como una contraparte «fantasmal» del cuerpo, una «cosa» no física misteriosamente «adentro» del cuerpo físico, y el escenario o agente de estados, eventos y actos no físicos.

Véase, por ejemplo, el artículo de Jason Stanley y Timothy Williamson, "Knowing How", Journal of Philosophy, 98: 8, 2001.

Sin embargo, como ha señalado el influyente filósofo y antiguo alumno de Ryle, Daniel Dennett, las tendencias recientes en psicología como la cognición corporal, la psicología discursiva, la cognición situada y otras en la tradición poscognitivista han provocado un renovado interés en la obra de Ryle.

Richard Webster respaldó los argumentos de Ryle contra las filosofías mentalistas, sugiriendo que implicaban que «las teorías de la naturaleza humana que repudian la evidencia del comportamiento y se refieren única o principalmente a eventos mentales invisibles nunca podrán en sí mismas descubrir los misterios más significativos de la naturaleza humana».