Su estrategia fracasó, y los espartanos bajo el mando de Lisandro, consiguieron una pequeña victoria, pero simbólicamente importante, sobre la flota ateniense.
Lisandro estableció una amistad personal con Ciro, y el príncipe acordó proveer fondos para aumentar la paga de los remeros espartanos a 4 óbolos diarios.
Por consiguiente, Alcibíades navegó al norte con unos pocos barcos para ayudar a Trasíbulo en el asedio de Focea.
Una flota de este tamaño, tradicionalmente, habría sido mandada por varios generales, o al menos por un trierarca.
Este plan era muy similar al que se produjo en la contundente victoria ateniense en Cícico, pero las condiciones en Notio eran completamente diferentes a las de aquella batalla.
Nunca regresó a Atenas, navegó al norte y desembarcó en su posesión del Quersoneso Tracio; excepto por una breve aparición en Egospótamos no participó más en la guerra.
Durante el siguiente año, las flotas chocaron dos veces, primero en una batalla donde Conón fue derrotado y Calicrátidas atrapó a los atenienses en Mitilene; una flota de socorro ateniense derrotó decisivamente a la espartana y causó la muerte de Calicrátidas en Arginusas.