Sin embargo, dichas medidas fueron interrumpidas por la flota ateniense, que había sido advertida de la rebelión.
El intento de alcanzar un acuerdo con Atenas fracasó, dado que ésta no deseaba que Mitilene subyugara a su aliada, la ciudad de Metimna, y la flota ateniense bloqueó por mar a Mitilene.
Aunque Esparta aceptó proporcionar su ayuda a Mitilene y construyó una flota, se acobardó ante una muestra del poderío ateniense, por lo que no realizó ninguna acción contra Atenas durante el primer año de la contienda.
Mientras tanto, arribaron a Lesbos 1000 hoplitas atenienses, lo que permitió completar el asedio por tierra.
La asamblea ateniense titubeó: ordenó la ejecución masiva de todos los hombres, pero al día siguiente revocó la sentencia.
Al final, se perdonó a la ciudad entera, aunque 1000 supuestos cabecillas fueron ejecutados sin juicio.
Sin embargo, cuando se acercaron a Esparta en la década de 430 a. C., no fueron aceptados en la Liga del Peloponeso.
[5] Los atenienses, que aún sufrían la plaga y se encontraban bajo una gran presión financiera debido a la prolongación inesperada de la guerra, en un principio intentaron negociar para así evitar verse envueltos en otra contienda militar en Lesbos.
[5] El día del festival, la población permaneció en la ciudad y se redobló la guardia en los puntos más débiles de la muralla.
Desde aquellas posiciones, impusieron un bloqueo naval sobre la ciudad, mientras que Mitilene y sus aliados siguieron controlando todo el territorio situado fuera de las fortificaciones atenienses.
[13] Los planes trazados en Olimpia determinaron que todos los Estados aliados enviaran sus contingentes al istmo de Corinto para unirse y preparar el avance hacia Atenas.
No obstante, mientras que los espartanos se dedicaban con entusiasmo a dicha labor, el resto de los aliados se demoró en enviar a sus contingentes; el período de cosecha había iniciado y los aliados estaban cansados del constante servicio militar (ya habían sido llamados al servicio ese mismo verano para una invasión del Ática que comenzó en mayo y se prolongó todo un mes).
[16][17] La flota ateniense efectuó incursiones a voluntad contra las costas peloponesias, y los espartanos, a quienes se les había prometido que los cuarenta navíos en Mitilene y otros cuarenta que habían circunnavegado el Peloponeso a comienzos del verano constituían la totalidad de las fuerzas navales que Atenas podía reunir,[18] llegaron a la conclusión de que se los había engañado y cancelaron sus planes de lanzar un ataque durante ese verano.
[22] En este momento, los atenienses se dieron cuenta de que su ejército en Lesbos era insuficiente para lidiar con Mitilene, por lo que otros 1000 hoplitas fueron despachados a la isla, bajo el mando del estratego Paques, hijo de Epicuro.
En primer lugar, impuso el pago de una eisphora, o impuesto directo, a sus propios ciudadanos.
[25] Los antiguos griegos eran sumamente reacios a tomar este tipo de medidas, las cuales consideraban un abuso sobre sus libertades personales, y es posible que esta haya sido la primera ocasión en que se haya obligado el pago de este impuesto en Atenas.
[29] No obstante, las provisiones de alimento de Mitilene se acabaron en algún momento a comienzos del verano y, ya que el contingente naval aún debía aparecer, Saleto debió apostar por intentar romper el bloqueo.
Al mismo tiempo que sucedían estos acontecimientos, Álcidas avanzaba con sus barcos, lentamente y con cautela, desperdiciando mucho tiempo en rodear el Peloponeso.
[32] De todas formas, Álcidas no deseaba efectuar un movimiento tan atrevido y rechazó la idea, al igual que otro plan para tomar una ciudad jonia como base desde la cual fomentar rebeliones dentro del imperio.
En la nueva reunión se produjo un debate entre quienes sostenían el decreto del día anterior y los que abogaban por un castigo más suave.
Este discurso señala la primera aparición de Cleón en los registros históricos, y Tucídides lo presenta diciendo que «era excepcional entre los atenienses por la violencia de su temperamento, y en esta época ejercía la más grande influencia sobre el pueblo».
[42] Después del discurso de Cleón, Tucídides presenta el pronunciado por Diódoto, un político que aparece por única vez en los registros históricos pero que, según Tucídides, también se había mostrado contrario a la propuesta de Cleón el día precedente.
[47] Una vez concluidos los discursos para la moción, la asamblea votó, por escaso margen, eliminar el decreto del día anterior.
Croix aceptó lo dicho por Diódoto como fáctico y consideró la amenaza del demos mitileneo de entregar la ciudad como evidencia de que durante el asedio se albergó secretamente un sentimiento proateniense.
[52] Por otro lado, tanto Donald Kagan como Ronald Legon han remarcado que, independientemente de los sentimientos del demos mitileneo, el pueblo no había demostrado con claridad el suficiente sentimiento revolucionario para impedir que sus gobernantes les distribuyeran armas.
[55] Atenas confiscó todas las posesiones mitileneas en la Jonia continental y sus navíos, e hizo derribar sus murallas.