El proyecto original consistía en su continuación hasta Ciudad Real y Córdoba como ruta alternativa a la A-4, sin embargo el tramo al sur de Toledo quedó descartado por sus graves afecciones medioambientales.
La autopista Madrid-Toledo nace en la R-5, desde donde se dirige hacia el sur hasta llegar a Toledo.
La empresa concesionaria hasta su quiebra fue Autopista Madrid-Toledo, Concesionaria Española de Autopistas, S. A. con la participación empresarial de varias empresas entre ellas Isolux Corsán, COMSA, Sando, Azvi, Banco Espírito Santo.
Esto motivó una reclamación ante los responsables de Fomento que llegó al Supremo.
La tabla siguiente muestra la evolución de la intensidad media diaria desde su inauguración.