Aurora representaba una nueva generación de poesía que tenía valores y estética diferente a esta.
Ahí fueron personas como Alfonso Rubén Irigoyen, Luis Albizuri, Joaquin Pino de Ycaza y Leopoldo Benites Vinueza, el menor.
Un año más tarde también tuvo éxito en los Juegos Florales que fueron auspiciados por la Federación Universitaria de Quito.
Ahí hizo un homenaje a la gran poetisa del siglo XIX Mercedes González de Moscoso.
En 1933 empezó a dar clases en el colegio Normal Manuela Cañizares, y un año más tarde, Joaquín Gallegos Lara le dedicó un estudio de su obra.
Continuaría su carrera política siendo candidata a diputada por la provincia del Guayas, sin embargo no logró ser elegida.
Visitó Cuba, la URSS, Francia, Italia, Checoslovaquia, México, Guaremala, Argentina, Colombia y Chile.
[5] Publicó un discurso en la revista Cuadernos del Guayas, que le honraba su memoria junto al gran poeta César Dávila Andrade.
Adicional a todo esto existe un busto situado en la rotonda de la calle Luis Urdaneta y Avenida del Ejército en esta misma ciudad que recuerda su legado.
[5] El importante escritor Hernán Rodríguez Castelo abogó por la edición de sus poemas ya que se encontraban dispersos por su publicación fragmentaria.