Asesinato de Fernando Báez Sosa

Su plan era permanecer unos días allí con varios amigos de la escuela secundaria y con su novia Julieta.

3 y Paseo 102 de la localidad balnearia, lugar al que llegaron a la 1:30 h, aproximadamente.

Fernando aceptó tranquilamente la decisión, sin embargo, Máximo se alteró mucho.

[16]​[17]​ Luego de ser expulsado, Fernando decidió quedarse enfrente del boliche junto a doce amigos (Lucas Filardi, Julián Besuzo, Juan Manuel Pereyra Rozas, Santiago Corbo, Julián García, Lucas Begide, Tomás D'Alessandro, Federico Tavarozzi, Federico Raulera, Ignacio Vaudagna, Franco Cervera, Luciano Nonamaison),[18]​ tomando un helado y esperando que saliera el resto del grupo.

[19]​ Diez minutos después de salir,[20]​ a las 4:44 fue atacado primero Juan Manuel Pereyra Rozas y luego por Enzo Comelli y Ciro Pertossi,[21]​ uno de frente y otro por la espalda, a la vez que otros cuatro atacaron al resto del grupo de la víctima.

El ataque duró 50 segundos y en su transcurso causaron la caída al suelo de Fernando donde, al menos cinco atacantes, le propinaron patadas en la cabeza y en el cuerpo, aún después de quedar inconsciente, causándole la muerte por hemorragia cerebral masiva.

[22]​[2]​ El video del asesinato de Fernando se viralizó por Twitter y YouTube durante la madrugada.

[36]​ Báez Sosa residía en el barrio porteño de Recoleta junto a sus padres.

La prensa argentina los denominó como los «rugbiers»,[42]​[43]​[44]​[45]​ debido a que casi todos los imputados jugaban al rugby en el Club Náutico Arsenal Zárate.

Máximo Thomsen, considerado como el líder del grupo, era el más destacado deportivamente y se desempeñaba desde 2017 en el Club Atlético de San Isidro (CASI).

Dos de los detenidos, Thomsen y Ciro Pertossi, fueron imputados como coautores del crimen, mientras que a los otros ocho se les asignó la imputación de «partícipes necesarios».

[74]​[75]​ Doce horas después del crimen fue detenido en Zárate, Pablo Ventura, acusado por la fiscalía de haber integrado el grupo que atacó a Fernando Sosa.

Según diversas fuentes, la fiscalía obró de ese modo debido a que uno o más detenidos mencionaron el nombre de Pablo Ventura como parte del grupo y propietario de prendas que tenían sangre, aunque las supuestas declaraciones no figuran en el expediente.

[76]​[77]​ Ventura fue trasladado esposado a Villa Gesell y permaneció cuatro días preso,[78]​ hasta que la fiscalía verificó que no había causa alguna para detenerlo.

[78]​[76]​[82]​ En la quinta jornada del juicio llevado a cabo en Dolores, el policía bonaerense Mariano Rolando Vivas declaró que fue Máximo Thomsen, el dueño de la zapatilla manchada con sangre de Fernando hallada en su vivienda alquilada, quien acusó a Pablo Ventura, sin que quedara constatado de ello en el expediente.

Se lo ve caminando con los acusados hasta la casa y hay una foto entre ellos.

En el hecho se lo observa en las cercanías, pero sin tomar ningún rol activo, inclusive sujetando a Thomsen de un hombro para que deje de golpear a la víctima, por ello, no fue imputado.

[87]​[89]​ Resultó competente el Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores (departamento judicial en el que se encuentra Villa Gesell donde fue cometido el delito), integrado por la presidenta María Claudia Castro y los jueces Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.

Los acusados decidieron unificar la defensa, designando a tal efecto al abogado Hugo Tomei.

[96]​[97]​ La parte acusatoria alegó el 25 de enero, la petición del doctor Burlando fue sentencia perpetua para todos los acusados,[98]​ mientras que, la fiscalía del juicio avaló la petición de condena perpetua.

[100]​ La parte acusada dirigida por el defensor Tomei hizo lo mismo el 26 de enero y pidió la absolución de los acusados argumentando que lo imputado no coincide con lo alegado por la parte acusatoria el día anterior.

Ese plan, considera la sentencia, se cumplió en el momento en que Fernando Báez Sosa cae al piso a causa de los golpes; 2) a partir de la caída al piso de Fernando, en los segundos siguientes, todos los acusados habrían acordado un nuevo plan que consistía en proceder a «darle muerte».

La sentencia estableció que los golpes propinados a Fernando Báez Sosa en el piso se dieron en un espacio de 50 segundos.

[111]​ El tribunal considera también que hubo un segundo agravante del homicidio, la alevosía (inciso 2°, art.

[111]​ El abogado defensor Burlando cuestionó la sentencia y la calificó de «débil» por condenar a todos los acusados a cadena perpetua: El padre de Fernando Báez Sosa declaró:

Ese plazo puede ser ampliado por seis meses más, en casos complejos (art.

El McDonald's (derecha) en la que los asesinos acudieron tras los hechos, ubicado sobre la Avenida 3, a pocas cuadras de la escena del crimen.
Villa Gesell, localidad donde ocurrió el crimen.