Las ciudades de la Antigua Roma en torno a la bahía de Nápoles fueron destruidas por la erupción del Vesubio en 79, preservando así sus edificios y artefactos hasta que se iniciaron las excavaciones arqueológicas en el siglo XVIII.Estas excavaciones revelaron que las ciudades eran ricas en artefactos eróticos como esculturas, frescos, y objetos del hogar decorados con temas sexuales.El tintinnabulum (campanas eólicas), esculturas de bronce que representan animales o deidades (Pan, Príapo u otros) los itifallici (falos en erección),[2] eran elementos bastante comunes en la decoración de las casas; estas campanas especiales con penes grandes en erección probablemente debían entenderse, más que en el sentido sexual, como símbolos de fertilidad y fortuna.[3] La segunda imagen, de Schefold, Karl en su obra: Vergessenes Pompeji: Unveröffentlichte Bilder römischer Wanddekorationen in geschichtlicher Folge.(1962), después de una restauración se ha aprovechado para que aparezca con sus colores mucho más brillantes.Las primeras excavaciones en Pompeya clasificaron de forma rápida como burdeles en cualquier edificio que contenía pinturas eróticas.Dada una población de 10.000 en Pompeya durante el siglo I, esto deja un prostíbulo por cada 286 personas o 71 hombres adultos.