Arte de Costa Rica

Aunque las sociedades autóctonas no llegaron a crear obras arquitectónicas de gran formato como las que se encuentran en otras latitudes del continente, sí lograron consolidar diversas manifestaciones artísticas utilizando los recursos de su entorno - piedra, madera, jade, concha, oro, - en las cuales plasmaron una relación armoniosa con la naturaleza, tomando como temas los animales, la esfera y la rica cosmogonía indígena.Costa Rica fue una colonia pobre y aislada, cuya lejanía de las principales urbes le determinó también una gran autonomía.Los indígenas costarricenses desarrollaron su propia cosmogonía, inspirada en el entorno ecológico en el que vivieron, logrando, mediante su cultura, la cual quedó plasmada en sus manifestaciones artísticas, una relación armoniosa con la naturaleza.La producción artística local surgió con la talla directa de madera para altares y su posterior decoración, así como otras faenas realizadas por los indígenas.La imaginería llegó a convertirse en la manifestación artística más sobresaliente del periodo, con la producción de talleres imagineros que subsistirán hasta el siglo XX.Con Povedano se inaugura la primera Escuela de Bellas Artes, que dio un importante impulso al arte costarricense.Predominó la producción de retratos pictóricos oficiales elaborados por artistas extranjeros: Tomás Povedano, Santiago Páramo, Henry Etheridge, Emil Span y Aquiles Bigot.Los primeros pintores costarricenses que estudian en el exterior seguirán la tradición pictórica flamenca, sobre todo en el retratismo: Enrique Echandi (1866-1959), José Francisco Salazar (1892-1968), Gonzalo Morales Alvarado (1905-1986).Estos pintores desarrollaron interés por la mancha, el empaste y la pincelada más que por el detalle, en donde el tratamiento del color reflejaba los efectos de la luz en el paisaje.Se retoman algunos temas en conjunción con el pasado prehispánico, como el concepto esferoide representado en las esferas de piedra precolombinas, así como la animalística.Destacan entre estos escultores Juan Rafael Chacón (1894-1982), que firma la transición de lo académico a lo vanguardista, Néstor Zeledón Varela (1903-2000), Juan Manuel Sánchez (1907-1990) y Francisco Zúñiga (1912-1998), este último afincado luego en México, donde su obra escultórica alcanzará trascendencia histórica e internacional.Aunque influenciada por el muralismo mexicano, la temática de los frescos costarricenses será muy variada y ajustada a la realidad nacional: lo indígena, lo agrícola, la lucha social, la mujer, la maternidad, la historia nacional, sobre todo con el triunfo revolucionario en la reciente Guerra Civil de 1948, así como cierta tendencia hacia el abstraccionismo.El mural estará vinculado especialmente al desarrollo de la infraestructura nacional, plasmándose en edificios públicos y gubernamentales.Estos artistas experimentan con diversas tendencias que van del expresionismo abstracto al abstraccionismo lírico, pasando por el espacialismo, la pintura de acción y otros.El grabado tiene un periodo importante en la década de 1980 con la cromoxilografía, con imágenes que aluden a lo ingenuo, el art brut, elaborando una poética personal.Se acentúa un interés por las instalaciones, el expresionismo abstracto, el tachismo y la gestualidad, utilizando materiales como cartón, acrílico, pintura industrial, fibra, mecate, tintes, lápices de color y de cera y el uso del collage, rondando los límites de lo tridimensional: Rafael Ottón Solís (1946), Roberto Lizano (1951), Paulina Ortiz (1958), Fabio Herrera (1954), Luis Chacón (1953), Pedro Arrieta (1954), Mario Maffioli (1960), Ana Isabel Martén (1951), Herbert Zamora (1956), Esteban Coto (1949), Luis Arias (1947), Manuel Vargas (1952), entre otros.La arquitectura nacional será representada por conjuntos de edificios construidos con materiales perecederos e integrados a la naturaleza, aplicando criterios de bioclimatismo, construcción verde y sustentabilidad, nuevas tendencias buscando superar el expresionismo tecnológico y comercial, buscando una nueva percepción del espacio.A lo largo de la historia del país, con la inmigración, se adoptaron ritmos musicales provenientes de otros países, que se fusionaron con estilos locales para dar lugar a nuevas expresiones musicales: la mazurca, la polka, el vals, el pasillo, el corrido, la balada, el bolero, etc.Muchos instrumentos musicales son herencia que proviene del pasado precolombino, la colonia española y la inmigración afroantillana.Entre los compositores musicales más importantes de la historia nacional se pueden mencionar a Manuel María Gutiérrez Flores, Benjamín Gutiérrez, Eddie Mora, Walter Flores, Allen Torres, Víctor Hugo Berrocal, Fidel Gamboa, Manuel Obregón, Vinicio Meza, Alejandro Cardona y otros.El swing criollo se considera un baile muy representativo del país y ha sido declarado patrimonio cultural inmaterial de Costa Rica.El costarricense tiene gran afición por el baile, por lo que la música tropical ocupa un lugar privilegiado en la cultura popular, especialmente ritmos como la salsa, el merengue y la cumbia.Otros tipos musicales de otras latitudes del continente también son muy apreciados, como el mariachi, el tango y el reggae.A finales del siglo XIX apareció el costumbrismo como movimiento literario predominante, con autores como Ricardo Fernández Guardia, Carlos Gagini y Manuel González Zeledón.Durante este periodo, el costumbrismo convive con el modernismo, expresado sobre todo en la poesía, con autores como Roberto Brenes Mesén, Rafael Ángel Troyo y Lisímaco Chavarría.Las obras incluyen una crítica de la realidad social a la vez que se esperanzan en la posibilidad del cambio.El ensayo ha tenido representantes en todas las épocas, tratando los más diversos temas, aunque han predominado los temas sociopolíticos, la crítica literaria y el tema histórico-biográfico: José María Castro Madriz, Julián Volio Llorente, Antonio Zambrana, Roberto Brenes Mesén, Joaquín García Monge, Mario Sancho Jiménez, Omar Dengo, Rogelio Fernández Güell, León Pacheco Solano, Moisés Vincenzi Pacheco, Eugenio Rodríguez Vega, Rodrigo Facio Brenes, Carlos Monge Alfaro, Luis Ferrero Acosta, Abelardo Bonilla, Emma Gamboa, Alfonso Chase y muchos otros.Entre los historiadores, destacan Ricardo Fernández Guardia, Cleto González Víquez, Rafael Obregón Loría y Carlos Meléndez Chaverri.El cine llegó a Costa Rica tempranamente, en 1897, como entretenimiento, pero no fue sino hasta 1913 que se realizaron las primeras producciones de imágenes en movimiento.Durante el siglo XX, se publicaron historietas costarricenses con trasfondo educativo en revistas de circulación nacional como San Selerín, Triquitraque, Farolito, Zurquí y Tambor, con dibujos de artistas como Juan Manuel Sánchez Barrantes, Omar Valenzuela, Alexander Corrales y Vicky Ramos.
El arte precolombino costarricense generó importantes obras artísticas de pequeño formato con profundo significado, como este metate de panel colgante, manifestación única y sobresaliente del arte prehispánico de Costa Rica. El tema indígena sería luego retomado por los artistas costarricenses de principios del siglo XX .
El tema del campesino y la vida del campo ha sido recurrente en la pintura, la escultura, el grabado, la música, el teatro y la literatura costarricenses en todas las épocas, desde la tradición académica hasta la actualidad, con manifestaciones diversas.
Los movimientos vanguardistas que recorren América Latina en la primera mitad del siglo XX no serán ajenos para los artistas nacionales, que reflejarán su sentir en diversas obras de arte. En la imagen, Mamita Yunai , de Carlos Luis Fallas , novela cumbre de la literatura costarricense , con ilustración del escultor y dibujante Juan Manuel Sánchez .
Pendiente de oro en forma de rana. Región Central Caribe de Costa Rica. 700-1550 d. C. Museo del Oro Precolombino .
Esfera de piedra . 800-1500 d. C.
Parte de la colección religiosa colonial del Museo Nacional de Costa Rica .
Paisaje de Turrialba (1912), por Emilio Span .
La escultura del periodo privilegia el tema indígena, la mujer y el concepto esferoide.
En la década de 1940 aparece el mural como forma de expresión.
La arquitectura neocolonial estuvo en conjunción con las vanguardias latinoamericanas de la época.
Rueda de carreta típica con motivos abstractos y geométricos.
La escultura de este periodo es de características monolíticas.
Nostalgia , de Marta Yglesias.
Archivo:CRArt. Escult. JJD.jpg
Una esfera, una gota de lluvia, una mujer: la escultura contemporánea en el arte costarricense.
Aplicación de principios de arquitectura cuántica en una institución pública de telecomunicaciones, obra de Ibo Bonilla , 2015.
El Moto , de Joaquín García Monge , es la primera novela costarricense (1900).