Span fue «un personaje impulsor del arte nacional con su sólido conocimiento y labor didáctica», constata María Enriqueta Guardia.«Se enamoró del paisaje costarricense», viajó por todo el país, pintando «muchos lugares que entonces eran casi inaccesibles», recordaría el retratista Fabio Fournier.En sus paisajes el colorido es más rico, producto del contacto directo con la naturaleza», se consigna en un ensayo dedicado a las exposiciones de artes plásticas celebradas en San José desde 1928 hasta 1937.[4] Fournier recuerda que Span tenía una humilde casa ubicada cuadra y media del Liceo de Costa Rica hacia el norte.Los pocos campesinos que representaron «no mostraban signos de mayor indigencia y pesadumbre».