[1] Los ejemplos más destacables de este arte se encuentra en los pilares, los estupas y las cuevas.
[2] Ananda Coomaraswamy era de la opinión que el arte Maurya se desarrolló durante tres fases principales.
[3] Aunque el periodo Maurya marcó hacia su final una transición al uso del ladrillo y la piedra, la madera continuó siendo el material de construcción favorito.
Megastenes menciona que la capital maurya, Pataliputra, estaba rodeada por una empalizada de madera donde se habían practicado aspilleras desde donde los arqueros podían disparar.
Se ha descrito como «perso-jónico», con una fuerte influencia estilística griega, que incluye diseños de volutas, molduras y menadros.
[7] Los pilares religiosos del arte maurya se caracterizan por un rasgo muy singulares: están acabados con un pulido muy fino.
Los clientes del arte popular fueron los gobernadores locales y las sociedad acomodada de la población.
Técnicamente se realizaron con menos habilidad que los capiteles de los pilares y expresan una considerable vitalidad física.
Se encuentran de manera habitual en una gran área que va desde Pataliputra hasta Taxila, en la actual provincia del Punjab, Pakistán.
Algunas parecen haber sido hechas a partir de moldes, ya que no hay muchas diferencias entre ellas.
Entre los ornamentos de uso personal se encontraron medallones circulares, similares a los amuletos contra maleficios usados por los niños romanos.
Se puede distinguir de otras piezas, como las rojas pulidas o revestidas con grafito, por su peculiar brillo.
[11] Todo ello, a juicio de Kosambi, indica que se produjo una crisis fiscal en el período Maurya tardío.
Sin embargo, su método de análisis y la identificación cronológica al respecto han sido cuestionados.
Unos siglos más tarde, las pinturas de las grutas de Ajanta descubiertas en 1819,[13] consideradas las pinturas indias más antiguas encontradas hasta ahora, muestran que detrás había una tradición bien desarrollada, que quizás abarcó incluso la época Maurya (300 a. C. a 100 a. C.).