Los armoricanos fueron parte de la coalición reunida por Aecio para contrarrestar el avance del Imperio huno en la Galia en 451.
El mando militar del "tractus Armoricanus et Nervicanus", desde la Gironda hasta el paso de Calais que había sido instaurado en 380, incluso habría sobrevivido; perdió su interés bajo el azote de las columnas de pueblos que entraron en la Galia romana por el este (406), el norte (francos, luego los sajones contra el conde Paul y el sur (aparición del reino visigodo).
En 463, Eurico (rey de los visigodos) quiso ocupar las regiones al norte del Loira (incluida la Armórica) que se habían mantenido fieles a Roma.
Los «princes» ('príncipes') aparecen en al menos tres zonas, posiblemente llamadas «royaumes» ("reinos)".
Además, Irlanda también tiene su lista de gobernantes legendarios, que se pierde en la bruma del tiempo.
Frente a ellos, el establecimiento de la identidad regional bretona se enorgullece así de haber conservado la herencia celta en el curso de las grandes invasiones (lo que fallo para los casi reinos insulares frente a la heptarquía, ruptura que condujo a una nostalgia traducida poéticamente en el ciclo artúrico).
Tampoco recibieron el acuerdo de sede metropolitana, con la que no estaban familiarizados, para las ordenaciones episcopales.