Antonio de Figueroa y Ruiz
Todos los historiadores que se han interesado por la figura de este arquitecto, han venido refiriéndose a él como Antonio Matías, desde que así lo hizo por vez primera Ceán Bermúdez en 1829 en sus Adiciones a Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su Restauración, de Eugenio Llaguno.De su padre y de su abuelo heredó el gusto por el tratamiento de las superficies, los volúmenes y las cornisas, en un estilo apegado al barroco que da idea del poco control que la Real Academia de San Fernando ejercía sobre muchos de estos artistas a los que no consiguieron imponer el academicismo propio del momento.Esta circunstancia se vería más favorecida aún si trabajaban fuera de los tradicionales centros artísticos como Sevilla, y ejercían en otras poblaciones más alejadas como Écija o Carmona.También trabaja en el Palacio de Bertemati, fechado en el año de 1785, que presenta una portada no menos interesante, donde sobresalen las elegantes molduras del gran balcón central sobre el que centra una hornacina con decoración escultórica de motivo eucarístico.No obstante, en la actualidad se desconoce hasta qué punto estas obras jerezanas son de Antonio de Figueroa, ya que su atribución se debe a consideraciones estilísticas y no a datos concretos que la corroboren como contratos o planos.