Anticlericalismo y masonería

Los masones por lo general tienen una visión diametralmente opuesta, indicando que no hay nada en la Masonería que sea de cualquier forma contraria al catolicismo, aun cuando riñe con ella por impulsar el esoterismo, o cualquier otra fe religiosa.

Muchos regímenes anticlericales particularmente en los países tradicionalmente católicos fueron percibidos con un elemento masónico fuerte.

[2]​ Según los historiadores Christopher Clark y Wolfram Kaiser, la masonería no era anticlerical desde el principio.

[3]​ También señalan que las logias no mantenían una línea política coherente, y muchas serían completamente apolíticas.

[4]​ El historiador Stanley Payne cree que la influencia de la masonería a menudo se ha exagerado en señalar que los católicos españoles habían sido acusados de sufrir una "psicosis masónica"[5]​ y señala que, se contaban de cerca de 65.000 en 1890, "que a veces ocupan un lugar destacado en el liberalismo y el republicanismo español, pero su influencia colectiva directa sobre la política y el anticlericalismo ha sido, sin duda, considerablemente exagerada".

Tras el triunfo del constitucionalismo, sin embargo, la masonería portuguesa se divide en grupos más radicales y más conservadores, y por la década de 1860 había dejado de desempeñar un papel catalizador en la política.

Su lugar en la política radical en el cambio de siglo se ha hecho cargo en gran parte por las sociedades radicales republicanas secretas políticas, especialmente el no masónico Carbonária, y en 1912 los masones tenían menos de 3.000 miembros.

Cuando se los compara con la naturaleza, el propósito y la amplitud del conflicto que libraron en casi todas partes en contra de la Iglesia, no puede haber duda de que la calamidad actual debe atribuirse a sus engaños y maquinaciones en su mayor parte.

[7]​ La Enciclopedia Católica también afirma que el Kulturkampf fue instigado por las logias masónicas.

Más tarde fue arrestado por cargos falsos y condenado a 30 años de cárcel.

[22]​ Muchos católicos se rebelaron contra esta situación que pretendía limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, lo cual generó el conflicto que se conoció como la Guerra cristera.