La masonería se define a sí misma como adogmática, dejando libertad a sus miembros de profesar la religión que cada uno decida o no profesar ninguna, esta última sólo se encuentra en la forma liberal de la masonería.declaró: La pertenencia a la masonería ha sido condenada[2] por diversos documentos de la Iglesia desde el siglo XVIII hasta nuestros días: El canon 2335 del Código de Derecho Canónico de 1917 establecía que "los que dan su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones del mismo género que maquinan contra la Iglesia o contra las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica".[5] En 1962, se desarrolla el Concilio Vaticano II, donde marcarán un hito las intervenciones del monseñor Sergio Méndez Arceo durante la 31a.En ella, se explicaba que si el nuevo código no mencionaba a la masonería expresamente era simplemente por un "criterio de redacción, seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias".[7] En 1985 el periódico L'osservatore romano publicó un artículo firmado con tres asteriscos, lo que en la nomenclatura vaticana significa que ha sido inspirado y aprobado personalmente por el papa, titulado Inconciliabilidad entre fe cristiana y masonería, donde se volvía a hacer hincapié en el hecho de que "La masonería profesa ideas filosóficas y concepciones morales opuestas a la doctrina católica" y, por tanto, la afiliación a las asociaciones masónicas "sigue prohibida por la Iglesia", hasta el punto que los fieles que lo hagan "están en estado de pecado grave y no pueden acceder a la santa comunión".[10] Al límite no permite al iniciado saber hasta qué punto está entrando en una logia masónica regular o en alguna organización parecida o seudomasónica, las cuales en muchas ocasiones son de carácter ilegal, así llamadas "obediencias salvajes".En los Estados Unidos, la masonería ha apoyado leyes para favorecer el aborto, quitar todo signo religioso de las escuelas.[11] En 1933 el episcopado de la Iglesia ortodoxa griega emitió un comunicado condenando la pertenencia a la masonería.