Antimateria

El contacto entre materia y antimateria ocasiona su aniquilación mutua; sin embargo esto no significa su destrucción, sino una transformación que da el lugar a fotones de alta energía termodinámica, que producen rayos gamma, y otros pares partícula-antipartícula.

En física se usa una barra horizontal o macrón para diferenciar las partículas de las antipartículas: por ejemplo protón p y antiprotón p. Para los átomos de antimateria se emplea la misma notación: por ejemplo, si el hidrógeno se escribe H, el antihidrógeno será H. Las hipótesis científicas aceptadas suponen que en el origen del universo existían materia y antimateria en iguales proporciones.

Sin embargo, el universo que observamos aparentemente está compuesto únicamente por partículas y no por antipartículas.

La antipartícula fue lograda en el Acelerador Protón Sincrotrón del CERN, a cargo de Antonino Zichichi, y paralelamente por Leon Lederman, en el acelerador AGS (Alternating Gradient Synchrotron) del Laboratorio Nacional de Brookhaven, en Nueva York.

[9]​ Este experimento utilizó un método propuesto por Charles Munger, Stanley J. Brodsky e Ivan Schmidt Andrade.

Su interferometría cuántica se demostró por primera vez en 2018 en el Laboratorio Positrones (L-NESS) a cargo de Rafael Ferragut en Como (Italia), por un grupo dirigido por Marco Giammarchi.

Además, debido a que la antimateria se aniquila al contacto con la materia, las condiciones de almacenamiento —confinamiento mediante campos electromagnéticos—, tienen igualmente un costo elevado.

También otros planetas, incluyendo Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano, deben tener cinturones similares de antiprotones.

Los electrones acelerados emitieron cuantos de energía, que al decaer dieron lugar a partículas materiales, dando también como resultado positrones.

[22]​ Si bien la antimateria está lejos de ser considerada una opción como combustible por su abrumador costo y las dificultades tecnológicas inherentes a su manipulación, los positrones han encontrado algunos relevantes usos prácticos.

[25]​ Por ejemplo, se estima que sólo serían necesarios 10 miligramos de antimateria para propulsar una nave a Marte.

[28]​ Un experimento conceptual por el que se verificaría fácilmente la inexistencia de antigravedad es que la gravedad está en la masa y no en la materia como tal (la antimateria es masa con cargas eléctricas opuestas), la masa está un nivel por debajo de la materia bariónica ordinaria —y la materia es masa con cargas eléctricas endógenas—; por tanto y porque no existe antimasa o antiaglutinación de energía (anticromodinámica gluónica) no puede existir de manera alguna una fuerza gravitatoria repulsiva con la materia fisicoquímica conocida.

Acelerador de antiprotones del CERN .
Las partículas subatómicas de la antimateria tienen cargas opuestas a las partículas de la materia, en la imagen, protón, electrón y neutrón en ambas.
Proyección artística de un cohete propulsado por antimateria .